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Silvia Jiménez, junto a amigos y familia limpiando en la dana. LP

La influencer que combina el fitness y la comida rápida y ahora lucha por los comercios afectados por la dana

Silvia Jiménez, que es policía nacional y vive en Paiporta, se ha convertido en un ejemplo para jóvenes que luchan contra un trastorno de conducta alimentaria

Jueves, 2 de enero 2025, 21:04

Silvia Jiménez, como cada uno de los vecinos de Paiporta, tiene una historia vinculada al 29 de octubre. «No llovía, y a pesar de que sabíamos que había alerta roja, cada uno hicimos nuestra vida». Policía Nacional de profesión, salió de casa porque había quedado ... en Valencia y cuando bajó al garaje, «el agua ya estaba entrando a borbotones por las rampas». Su instinto fue coger el coche y salir, y a pesar de que iba parando, arrancando de nuevo, consiguió salir de Picanya y cruzar el puente, por el que el agua ya casi rebosaba. Pero llegó a Valencia, casi una hora más tarde de salir de casa, y allí se quedó porque no había ya forma de volver.

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Silvia Jiménez, enfrente del local del que es socia, ubicado en Mercader. LP

«Al día siguiente nos encontramos todo destrozado, lleno de barro, el acceso a mi calle era imposible, con un montón de coches acumulados en la puerta… aquello era dantesco». Silvia vive en una finca con vivienda en planta baja y primer piso, así que perdió lo que tenía a pie de calle. «Todo lo que uso para mis vídeos de Youtube, de Instagram, la cámara…». Porque Silvia, además de trabajar en los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, en los días libres crea contenido relacionado con la comida rápida en sus redes sociales y es además socia de Michigan Detroit Pizza, un local ubicado en Mercader, el mercado gastronómico del Cabanyal.

Su historia con la comida comenzó cuando se casó con David, conocido en redes como Boufit, y se fueron de viaje de novios por Estados Unidos. «En aquel momento subíamos sobre todo contenido sobre fitness, y no había casi nadie haciendo vídeos sobre comida, así que fuimos de los primeros, y nos dimos cuenta de que a la gente le interesaba muchísimo».

En sus canales se les puede ver probando hamburguesas, pizzas, donuts, curasanes, bocadillos… Fueron varios años, hasta que se separaron, y ahora Silvia intenta abrirse camino con sus propias redes. En todo este tiempo, la joven se encontró que aquellos vídeos que ha ido subiendo han tenido un efecto sanador para muchas chicas que comienzan con el fitness, «frustradas con el tema de la comida, obsesionadas por algún trastorno de conducta alimentaria». A Silvia le daban las gracias porque ella les mostraba que no pasaba nada por comer de vez en cuando una pizza, o una hamburguesa, y ya no tenían miedo ni remordimientos. «Creo que puedo ser un ejemplo para las chicas jóvenes, porque se pueden tener un buen físico y a la vez disfrutar mucho con la comida».

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Pero todo cambió para Silvia aquel 29 de octubre, y su espíritu de servicio, no sólo a través de las redes sociales sino también por su profesión como policía, afloró con más fuerza que nunca. «Empecé a subir historias enseñando cuáles eran los restaurantes que iban abriendo para darlos a conocer, para incentivar a la gente a que consuman en los comercios de las poblaciones afectadas por la dana». Su visibilidad ha sido clave, y siente que toda ayuda es poca ya que muchos comercios no han podido todavía restablecer su actividad, «tienen que hacer reformas y las ayudas no han llegado al 100%», mientras Silvia tiene todavía pendiente reformar su casa después del desastre. «Había quedado en un segundo plano».

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