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gisela ramírez de arellano
Jueves, 26 de agosto 2021, 19:33
Pólvora, música, ninots, mascletaes, verbenas, casales… Toda una serie de elementos típicos de Fallas entre los que no pueden faltar ellos, los protagonistas gastronómicos: los churros y buñuelos. Cada marzo, la ciudad se llena de puestos de venta ambulante que inundan las calles con ... su singular olor a aceite. Un aroma tan característico que, a pesar de vivir unas fiestas de lo más atípicas y llenas de incertidumbre, consigue que esta vez septiembre sea también sinónimo de Fallas.
Debido a las medidas sanitarias, no son tantas las instalaciones de venta de masas fritas, pero el descenso en las cifras no debe preocupar. Además de estos puestos ambulantes, la ciudad también cuenta con diferentes establecimientos que ofrecen este manjar tanto de manera clásica, con su chocolate caliente, como de una forma más fresquita, acompañado con horchata.
Buñolería El Contraste
Esta delicia fallera lleva cocinándose en la calle Ruzafa número 61, esquina con San Valero, desde 1947, aunque el negocio familiar empezó mucho antes: hace más de un siglo y cuatro generaciones de maestros buñoleros. Ahora, quien lo dirige es el vicepresidente del Gremio de Churreros y Buñoleros de la Comunidad Valenciana, Mariano Catalán, que tiene claro que en estas Fallas «hay que ir a lo nuestro: buñuelos, churros, chocolate y nada más». Espera unas fiestas diferentes a las habituales, pero en su comercio seguirán cocinando y vendiendo «los clásicos de toda la vida», los buñuelos de calabaza, a los que se suman, entre otros, variantes como los de viento o naranja. Será a partir del 1 de septiembre cuando la ciudad podrá disfrutar de estas delicias que, para Mariano, «deben comerse con un buen chocolate puro, sin horchata ni nada».
Tras más de 50 años de experiencia y transmitiendo la receta de generación en generación, la churrería va a prepararse «igual que si fueran Fallas normales». Situados en la calle Gayano Lluch, reciben encargos sobre todo de los casales situados a su alrededor y, según cuentan, lo que más suelen vender son buñuelos de calabaza con chocolate. Sin embargo, la venta de churros también se ve disparada por la llegada de los madrileños y manchegos, clientes habituales del interior del país que, esta vez, no saben si recibirán a causa de las restricciones. Lo que sí tienen muy presente es que «con el calor no se van a vender los mismos churros que en marzo». Es por ello por lo que entienden que en estas Fallas tan especiales la gente decida mojarlos en horchata, aunque no sea lo típico.
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De cualquier modo, tales son las ganas de disfrutar de las fiestas que, a pesar de encontrarse recorriendo ferias en estos momentos, no asistirán a las dos últimas previstas a fin de llegar a tiempo para la celebración valenciana y hacer los buñuelos, que «son tan típicos como las torrijas en Semana Santa».
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Situada en la calle Císcar, la chocolatería y horchatería de renombre abrirá también sus puertas en agosto por primera vez en la historia para cumplir con la demanda. «El teléfono no para de sonar; todos están preguntando si vamos a tener buñuelos». Su respuesta es clara: sí, el próximo lunes, 30 de agosto, a partir de las 17 horas, el establecimiento empezará a cocinar buñuelos. Los suyos, los mismos que llevan haciendo durante 40 años y cuya receta no requiere más que agua, harina, calabaza y levadura. Cuatro ingredientes que forman una masa única a la vez que arriesgada, pues la pasta de los churros puede guardarse para el día siguiente en caso de no cocinarse en ese momento, pero la de los buñuelos no. Además, el calor de septiembre, tan poco habitual en marzo, tampoco facilita la tarea. Es por ello por lo que en Fabián van a ofrecer su chocolate de siempre, pero a una temperatura menor. En vez de a 90 grados, servirán la bebida a 50 o 60 para que no resulte tan pesado, y ofrecerán también su conocida horchata, así como toda una serie de bebidas más refrescantes como granizados, batidos o 'smoothies' de frutas, entre otros.
Uno de los establecimientos más emblemáticos de elaboración de horchata en la ciudad de Valencia, situado en San Vicente Mártir, el Mercado de Colón y Alboraya, ofrecerá durante la semana de Fallas sus productos «de toda la vida», entre los que destacan la horchata, los fartons y su amplia variedad de bollería, porque «es lo que continúa apeteciendo», comentan. Sin embargo, en esa semana fallera sí que servirán buñuelos y chocolate, aunque consideran que será «de forma testimonial». Para ellos, el secreto de este manjar típico de Fallas reside en una materia prima de mucha calidad, harina fuerte, buena levadura, aceite para freírlos y, sobre todo, «que estén recién hechos. Eso es lo más importante».
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