El restaurante Lienzo se convirtió en el escenario de una cena que sirvió para dar un merecido homenaje al otoño y los productos que esta estación del año trae consigo: las setas y la caza. María José Martínez y Nanín Pérez fueron los artífices de una noche en la que níscalos, boletus, trompetas de los muertos o chantarellas bailaron con conejos, pato azulón, liebre, codorniz y ciervo una danza preñada de sabor.
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