![Pepina Pastel | La nueva mocaorà para los que odian el mazapán](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202210/06/media/cortadas/generico-k1jF-U180293452437fjE-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
![Pepina Pastel | La nueva mocaorà para los que odian el mazapán](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202210/06/media/cortadas/generico-k1jF-U180293452437fjE-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Pasar por delante de una pastelería y no ver en su escaparate una bandeja llena de frutas y hortalizas es algo atípico estos días. Cualquiera que lea este artículo y desconozca las costumbres valencianas, puede quedarse asombrado porque estos productos suelen encontrarse en supermercado ... u otro tipo de establecimientos.
Con el primer bocado, se desvela el misterio. No son manzanas, ni fresas, ni zanahorias o berenjenas normales. Estas saben a mazapán y almendra y forman parte de una tradición muy arraigada en el calendario de los valencianos: el 9 d'Octubre. Según la tradición, las parejas tienen que regalarse una fuente de estas frutas y hortalizas envueltas en un pañuelo o mocaorà.
Aunque sea una costumbre gastronómica de lo más valenciana, no todo el mundo es admirador del sabor de estos pequeños dulces. Al llegar la fiesta, el territorio valenciano suele dividirse en dos: los que aman las frutas de mazapán y los que las detestan (un debate que se une a la eterna polémica de si la tortilla debe llevar cebolla o no).
Noticia Relacionada
Sea como sea, para gustos los colores. Y en cocina, todavía más. Por eso, Pepina Pastel ha encontrado una solución para poder seguir celebrando esta tradición del 9 d'Octubre sin perder su esencia. Así, ha reinventado el concepto de mocaorà y ha creado una caja de lo más especial. En ella incluyen seis frutas de Sant Dionís y seis bolas de bizcocho de chocolate, chocolate blanco y otros sabores (conocidas como pepiboms) para aquellos que no son muy fans del mazapán. El resultado, un regalo apto para todos los paladares con el que celebrar el día de la Comunitat Valenciana.
No es la primera vez que esta pastelería que nació en el corazón de Carcaixent sorprende con sus singulares creaciones. Ya lo hizo con su tarta de horchata y fartons, uno de sus productos estrella con el que demostraron que este producto tan típico valenciano no sólo se bebe; también se puede comer.
Pepina Pastel nació de la mano de Pepa y Lara, madre e hija. Todo ocurrió en el cumpleaños del novio de Lara. «Mi madre hizo tartas para 40 invitados», recuerda la empresaria. «Todo el mundo empezó a preguntarnos dónde habíamos comprado las tartas». En ese momento, la joven se dio cuenta de que había tenido el negocio en casa toda su vida y no se había dado cuenta.
Lara, graduada en Derecho y Administración y Dirección de Empresas (ADE), tenía un trabajo y unos cuantos ahorros y decidió dejarlo todo porque creía en esa idea. Convenció a su madre pero, asegura, que quien más le costó fue su padre: «Me decía que ya existían muchas empresas de tartas».
Noticia Relacionada
Aunque sin saber muy bien por dónde empezar, Lara fue por varios restaurantes de la zona para convencerles de incluir sus tartas en el menú. Tras muchos «noes», llegó el «sí». Y el siguiente. Y el siguiente. Hasta que consiguieron sus primeros clientes. No obstante, cuando estaban despegando, llegó la pandemia.
En ese momento, madre e hija no se vinieron abajo e hicieron de la desventaja una virtud. Aprovecharon para fijar una estrategia de negocio, crear nuevas recetas, actualizar el contenido y, sobre todo, para mostrarse cercanas a las personas a través de su perfil de redes.
En un momento tan duro como fue el de estar encerrados, lejos de las familias y amigos y sin poder celebrar fechas señaladas, Pepina Pastel se encargó de que nadie se quedara sin soplar sus velas y se dedicaron a repartir tartas durante el confinamiento.
Gracias a ello, fueron dándose a conocer y dejaron de ser madre e hija. Pepina Pastel está formado, actualmente, por un equipo de 25 personas. También tuvieron que despedirse de su lugar de trabajo. De cocinar en casa, pasaron a un obrador de Carcaixent y ahora están en otro de Alzira, mucho más grande.
Y así, Lara se encargó de convertir las recetas de su madre de toda la vida en una empresa superventas.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.