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Ó.D.

Dulces de Navidad que saben a la Gandia de los Borja

La trenza borgiana de Raúl Llopis recoge la tradición repostera de los siglos esplendor del Ducado y la influencia de la caña de azúcar

Ó. DE LA DUEÑA

GANDIA

Jueves, 15 de diciembre 2022

La trenza borgiana es un dulce típico de Gandia que ha cobrado fama y prestigio en los últimos años. En poco más de una ... década se ha convertido en un referente y su presencia es habitual en los hogares en periodos festivos, pero, sobre todo en Navidad. Este producto es una elaboración del pastelero Raúl Llopis, que lo creó en 2010 con motivo del V Centenario del Nacimiento de San Francisco de Borja.

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La 'trena borgiana', como también es conocido, está elaborado sólo con ingredientes que ya existían durante los años de esplendor del Ducado Borja en Gandia. Llopis es un profesional de 55 años que fue el encargado de crear el dulce oficial del V Centenario y que ha visto como la fama de su dulce ha superado todas las expectivas.

Inicio del relleno de la trenza borgiana, los ingredientes y momento en el que Raúl Llopis la está decorando. Ó. DE LA DUEÑA

«Escogí los ingredientes pensando en que fueran alimentos que existieran ya en Gandia en los siglos XV y XVI, por lo que estoy convencido que existiría algún alimento muy parecido a este», ha indicado. La trenza borgiana combina alimentos muy habituales hoy en día, pero al alcance de pocos hace seis o siete siglos: almendra, nueces, harina y huevos y azúcar, lo cierto es que el azúcar se emplea de forma generosa.

Gandia, epicentro del azúcar

Pero no podía ser de otra manera, dado que la Safor fue en esos siglos uno de los epicentros de la fabricación de azúcar, a partir de la caña, el cultivo que llenaba los campos de las poblaciones de la comarca, lo que era el antiguo ducado. La caña se cultivo en la comarca durante siglos, hasta que se derivó su producción a América del Sur.

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Por ello, la trenza borgiana mira de lleno a la época de los Borja y Llopis volcó en ella todo su saber hacer y su experiencia repostera. Lleva al frente del negocio durante décadas y se puso delante del obrador con tan sólo 14 años: «Siempre me gustó esta profesión y quise tomar las riendas del negocio familiar», ha precisado. No en vano, representa a la cuarta generación de una familia que ha estado al frente de este establecimiento, vendiendo pan y productos dulces y de repostería en fechas señaladas.

El horno abrió sus puertas en el año 1882 y desde entonces los antepasados de Raúl Llopis han estado al frente de un negocio que ha ido incorporando diferentes tipos de dulces. Para Llopis la trena borgiana representa a la perfección a la Safor y la Gandia de la época Borja.

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«El cabello de ángel y las nueces, por ejemplo son dos de los ingredientes que ya pudieron emplearse por reposteros en la época». Este postre, típico tras las comidas navideñas en Gandia se elabora de forma «sencilla», aunque hay que cogerle el punto, ha agregado el pastelero.

Los ingredientes

-Huevos

-Azúcar

-Aceite de oliva

-Harina

-Ralladura de limón

-Cabello de ángel

-Almendras

-Nueces

La trenza borgiana en el mostrador de la pastelería Raúl, el pastelero antes de introducir el dulce en el horno y una imagen del postre tras su preparación. Ó. DE LA DUEÑA

El proceso

Llopis ha explicado que hay que mezcla el azúcar, el aceite y la harina, hasta crear una masa consistente y con la que se pueda trabajar. Una vez elaborada se crean dos tiras por donde se coloca el cabello de ángel con una manga pastelera.

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Tras esto se introducen las nueces y se cierran las dos tiras de masa, dejando algo así como dos flautas. Es en ese momento cuando se elabora la trenza, mezclando ambas tiras.

El paso posterior es la colocación del carado, es decir, en la parte superior se incorpora el mazapán, elaborado con almendra y azúcar, al 50%, que incluye también la ralladura de limón.

Finalmente, se depositan sobre el dulce más nueces y una capa de azúcar. Se introduce en el horno durante 25 minutos a 190 grados.

El resultado

El resultado es un dulce listo para consumir y que es de «muy fácil conservación». Esta ha sido una de las claves del éxito de este producto: «Se prepara con facilidad y se conserva muy bien, no necesita nevera y puede estar varios días en un hogar. Se puede ir cortando las porciones que se deseen hasta que se acabe».

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De hecho, al poco de su creación, Llopis empezó a venderlo por porciones, cortando desde la trenza, pero se vio en la obligación de elaborar una pieza individual, a la que llamaron 'borgeta'. El pastelero ha recordado que este dulce fue inventado por él y patentado.

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