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Feria taurina fallera: una ruta por los restaurantes que son y los que fueron

El Alkázar, epicentro del taurinismo valenciano en los días de Fallas, y otros locales que forman una castiza ruta

Jorge Alacid

Valencia

Jueves, 10 de marzo 2022

Fallas, toros y gastronomía: relación, si la hubiere. Un amable lector me aconsejó días atrás, antes de que las Fallas entrasen en combustión, que visitara la Taberna Alkazar si quería que me poseyera el espíritu propio de las fiestas más vinculado a ... una de las ramas del programa fallero: su feria taurina. Como ocurre en otras capitales de España, así como hay bares y restaurantes proclives a hermanarse con el universo futbolístico (es el caso por ejemplo del Valencia CF, fundado en un café, el desaparecido Torino), también el mundo del toro cuenta con una serie de incondicionales que tienen puestas sus complacencias desde antaño en unos cuantos locales que sirven en cada ciudad como paso de paloma, parada para el repostaje y sede de la indispensable tertulia previa y postcorrida tan cara al taurinismo patrio. Y al valenciano.

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Ese es un rol que entre nosotros juega Alkázar, uno de los tres templos consagrados a la feligresía local que no sólo acude a sus mesas a satisfacer el apetito culinario, sino también a forjar la relación que mantiene la familia fundadora del local con el mundo del toro. Aquí al lado cumple esa misma función el Palacio de la Bellota, ubicado a su vera en la calle Mossèn Femades. En la acera de enfrente, la marisquería Civera sirve a un propósito similar: ofrecer alta gastronomía mientras propicia el encuentro de los fans de Morante con los seguidores de Ponce. Es la misión que ejecutan los tres locales desde hace algunos años, como me recuerda el mago Pedro Toledano, que lo sabe todo sobre esa faceta de la Valencia taurina y me sirve de guía por estos párrafos, que también nacen de la generosa contribución del investigador Arturo Cervellera sobre aquellos bares que fusionaban hostelería y toros pero que han ido desapareciendo: Cervecería, Trocadero, As de Oros....

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En esa expedición por la nostalgia, ya me advierte Toledano de que en el pasado ejerció un papel análogo un bar desaparecido: el alojado en el hotel Astoria, recién bautizado como Only You en su nueva y flamante reencarnación. Algo de aquel espíritu taurino-fallero se preserva entre sus paredes, porque esta misma semana sus salones acogieron el Aula Taurina de LAS PROVINCIAS con invitado de lujo, el periodista Rubén Amón. Y también la taberna Alkázar, epicentro de las expediciones gastronómicas de distinguidas familias de Valencia, se rinde tributo a ese mismo intangible: hermanar los toros y la cocina, requisito que en sus muros se observa en forma de cartelería y otras imágenes que remiten a ese imaginario que durante estos días se apoderará del histórico coso de la calle Játiva y alrededores en las tardes de feria.

Pero incluso en estos días de vísperas, Alkázar merece una visita. No hace falta que desembarquen los 'victorinos' o los 'juanpedros' para entregarse a los manjares de sus fogones, que homenajean el concepto de cocina de mercado con una carta de inspiración mediterránea donde triunfan los frutos del mar y sus platos de arroz, entre otras gollerías. El recetario que ha hecho célebre a esta casa que acaba de festejar su cumpleaños: nació el 6 de marzo de 1950, consecuencia de una romántica historia de amor entre un comerciante navarro llamado Agustín y una joven de Cuenca, Isabel, cuya buena mano en la cocina viajó hacia el Mediterráneo con su marido, recién casados ese mismo mes de aquel año, para instalarse en la orilla del Turia y fundar su negocio, entonces llamado Alcázar (con c), que en 1967 se amplió una vez anexionada la antigua Casa Julio.

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Una fecunda saga hostelera que conoció una nueva vida a finales de los años 80, cuando se sitúa al frente del local su hija, María Isabel, junto con su marido, Jorge, quienes mantuvieron el restaurante en la misma línea de éxito que distinguió a los fundadores: quienes se acerquen por sus mesas podrán comprobar que, casi 70 años después, la Taberna Alkázar se rige por esos mismos códigos. Máximo respeto a la materia prima, acreditada profesionalidad en su plantilla, tanto en los fogones como en la sala, una inteligente carta de vinos y una misteriosa conexión con el mundo taurino que hace de este local algo más que un restaurante de postín. Una cita ineludible en la ruta fallera en busca de la esencia festiva, subsector toros.

Memoria del viejo bar de la Plaza de Toros

En su libro sobre los cafés de Valencia, el escritor Arturo Cervellera recuerda algunos ya difuntos, «que servían de reunión a peñas taurinas». Son los casos del Café Valenciano, Café Colón o el Café Universal. También el Trocadero en la plaza del Ayuntamiento cumplía ese mismo fin. Apunta Cervellera que, de hecho, «por un tiempo se llamó Bar Taurino Trocadero, aunque era también muy de futbol», e incluye en esa relación otros locales desaparecidos, como el As de Oros en la calle de las Barcas, «sede del Club Taurino Cobijano», o el bar Inglés, «que según la prensa de entonces tenía un especial ambiente taurino». También refresca la memoria del taurinismo valenciano con la foto que preside estas líneas: el bar de la plaza de toros. un edificio que ya sólo recordará el ala senior de Valencia, y otros negocios que ejercían (como el Café Cervecería, valga la paradoja, o La Garrofera) de polos en el mismo campo magnético: el que forma el mundo del toro con el universo hostelero.

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