Gastrocotilleos de otoño

Aquello del pan sin sal, de la tortilla sin huevos. La gastronomía anda sosa de ideas, y no será por falta de ingredientes en el plato. Después del letargo pandémico, ha venido una digestión catatónica, con multitud de eventos contra el tiempo perdido, que no contra la creatividad marchita. Las cuentas están tocadas, así que clinc-clinc. Peinamos por aquí, maquillamos por allá, y hasta parece que estamos cocinando algo nuevo.

Del Toro y Giraldo. Aunque el otoño suele ser estación propicia para arrancar motores gastronómicos, con la mirada puesta en la meta de la Navidad, este año se están resistiendo las aperturas en la restauración. Alejandro del Toro ha soltado ancla con Albacora, Sergio Giraldo está por lanzar el señuelo en noviembre, pero más allá de los marineros, pocos milicianos en el asfalto. Bernd H. Knöller sigue indeciso pero algo está a punto de anunciar.

De La Sucursal a Vuelve Carolina. Los hay que pegan volantazo, eso sí. La Sucursal inicia nueva etapa bajo la dirección de cocina de Fran Espí -poca broma su currículum-, que viene a sustituir a Miriam de Andrés. La familia aún se está recuperando de la muerte de Loles Salvador. Por su parte, Quique Dacosta ha decidido darle un nuevo aire a Vuelve Carolina, estrenando decoración e incorporando un apartado de coctelería, para una propuesta más informal y exuberante.

Cócteles en Salvaje. Por algún motivo, me recuerda a Salvaje, solo que este último es más show que cena. El nuevo restaurante del Hotel Only You marida con la barra coctelera de Iván Talens, baliza para los que andábamos huérfanos del afterwork. Porque del bar de vinos ni hablamos. A ver si se consuma el matrimonio entre Luca Bernasconi y Mario Tarroni, pesos pesados de las copas, que está previsto para noviembre. Mientras, brindaremos con Témide.

Resumen. De lo que he probado últimamente, me quedo con las tablas de Ultramarinos Huerta y la sencillez de La Farola en Castellón, plaza difícil para la batalla. Porque mientras Valencia se despereza de complejos, se le viene encima el sopapo Michelin, donde cada quien tiene a sus favoritos. Los míos son Arrels y Napicol, porque es el momento de los jóvenes que no temen afilar el cuchillo: Basea, Gran Azul, 2 Estaciones, Forastera, Apapacho.

Que soplen nuevos vientos para avivar esta olla.

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