l´Incontro, un insólito restaurante de barrio que entroniza en su carta la cocina italiana
El descubridor
Jueves, 24 de junio 2021, 13:25
Bar de barrio, icono de España. Restaurante de barrio, gloria bendita. ¿Restaurante italiano, también de barrio? Hum, veamos: este es un caso para El Descubridor, el misterioso agente secreto de Historias con Delantal que explora los confines del mapa gastrononómico valenciano. Como un expedicionario ... por los polos, un Shackleton redivivo, sus pasos desembocan en un escondido paraje de la avenida de Tres Cruces: allí habita dese 1997 nuestro protagonista de hoy, L' Incontro. Una carta italiana defendida en el idioma de Dante por el jefe de todo esto, Enzo, italiano de Bari. Como San Nicolás.
¿Qué ofrece esta casa de comidas? Honestidad. Autenticidad. Y buenos alimentos. Pasta, por supuesto. Sabrosa, cocinada en su punto. Y aderezada (cocina fusión) con las glorias del recetario local: con clóchinas y calabacín, por ejemplo, ahora que es temporada alta para el simpático molusco. O su estupendo plato de pasta con almejas y pesto, «puro Mediterráneo», en palabras de Enzo. Una carta larga, bien nutrida en el apartado de pizzas y también en el capítulo consagrado a las demás referencias del país de origen de Enzo, que no ha perdido el acento para pronunciar como se debe la palabra «burratina». Que sirve por cierto muy jugosa en ensalada, con los tomates deshidratados propios de su origen. Y se acompaña de vinos del país: Contada Monte, Montepulciano (ese néctar de los Abruzzos) o el célebre rosado siciliano, su Altana di Vico.
Como los postres son de calidad (hay helado casero, elaborado en su cocina, como el celebrado tiramisú), el servicio garantiza profesionalidad y amabilidad, los precios se tarifan en escala contenida y se aloja en un barrio de elevada población, se recomienda reservar mesa a los interesados en participar de este descubrimiento. L´Icontro dispone de carta de comida para llevar (que incluye joyas como sus gnocchi de pesto y mascarpone) pero sobre todo cuenta a su favor con un elemento intangible de elevado valor: autenticidad. Cocina de verdad en un local de barrio: un timbre de honor.
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