Dónde están los mejores restaurantes de carretera de la Comunitat

Dar de comer al hambriento y de beber al sediento es el mandato bíblico que cada día hacen realidad las casas de comidas repartidas por toda España, incluyendo esa tipología que suele ser la más socorrida en caso de viaje en tiempo de vacaciones, como la Semana Santa que ya acecha: el restaurante de carretera. Alguno, de campanillas, tan afamado que justifica desplazamientos con el solo propósito de darse un homenaje culinario. Otros, de dimensiones más modestas, satisfacen el mismo objetivo: templos culinarios de raíz popular que resisten en nuestra memoria asociados a unas vacaciones, a las rutas familiares, a los viajes de trabajo que dejan de serlo una vez sentados a la mesa.

Sobre esta estirpe de locales ha construido la Guía Repsol una nueva edición de sus Soletes, el distintivo nacido para reconocer el desempeño de los restaurantes que contribuyen a forjar la diversidad gastronómica tan propia de España. En su nueva edición, catorce referencias de la Comunitat se llevan esa distinción: seis en Valencia, cuatro en Alicante y otros tantos en Castellón. Entre los valencianos figuran un par de cumbres de esa cocina popular a menudo demasiado ignorada: Las Bairetas, esa cima del arroz situada a las afueras de Chiva, y l´Alter, ubicado en Picassent, otro templo de la cocina. La lista se completa con el Bar Cristóbal, en el barrio de La Punta, el Bergamonte de la Pobla de Farnals, el Doménec de Alberit y La Cuina, de Ontiyent.

En el apartado alicantino conviene apuntar estos cuatro Soletes: el Bar Coratge, de Beniarbieg, el chiringuito El Cranc, de Altea, La Herradura (en Los Montesinos) y Santabar, emplazado en la capital. La lista se completa con estos locales castellonenses: el Sierra de Irta, en Alcocéber, El Refugio y la Tasca El Charquito (ambos, en Benicasim) y el Sant Gregori (Benicarló).