El restaurante La Salita cerrará los fines de semana

«¿Cuándo tengo derecho a verte?». Esta rotunda pregunta explotó en la cabeza de Begoña Rodrigo, cocinera y propietaria de La Salita. Su hijo de nueve años demandaba atención y eso en hostelería muchas veces es difícil. Pero la pandemia ha servido para recolocar muchas cosas en su sitio, y unas de ellas es el descanso. Por este motivo, ha anunciado que su restaurante con una estrella Michelin no abrirá los fines de semana, sólo de lunes a viernes, según ha anunciado la propia chef en su cuenta de Instagram. «Este virus nos ha hecho ver que tiene que cambiar la forma de ver y trabajar en hostelería; el personal tiene derecho a tener su tiempo». Así pues, este será su último fin de semana abierto.

Pero, ¿qué pasa entonces en el jardín de La Salita? Begoña Rodrigo lo tiene claro. Utilizará ese espacio ubicado en el corazón de Russafa para que L'Hort al Nu vuelva a la vida los fines de semana. De esta forma, la cocinera tendrá operativos dos restaurantes en un mismo lugar sin que se solapen a partir del próximo 8 de noviembre.

L'Hort al Nu nació para ocupar el inmenso jardín que había en el edificio de Pedro II el Grande, pero la pandemia obligó a Rodrigo a aparcar este proyecto que funcionaba como un tiro para ganar el espacio que demandaba la Administración dentro de la limitación de mesas. Con esta iniciativa, la cocinera tendrá abierto los siete días de la semana, pero de lunes a viernes será La Salita y los sábados y domingos L'Hort al Nu. «Tendré dos equipos en los que quiero que cada persona trabaje cuatro días o, en su defecto, ocho servicios, con lo cual consiguen una conciliación de su vida laboral...y también la mía», explica Rodrigo.

La propietaria de La Salita explica que lleva 26 años en este sector y no cambiaría ni un segundo todo lo que ha vivido, pero es consciente que su equipo y ella misma necesitan descanso. «Sé que soy una privilegiada porque he podido poner en marcha esta iniciativa, pero sé también que muchos compañeros están buscando soluciones para que este sector no signifique trabajar desde que sale el sol hasta que se esconde. Con esto no quiero decir que esté descontenta con esta profesión; todo lo contrario, estoy muy orgullosa por cómo la luchado la hostelería, pero hay cosas que han de cambiar», indica.

Disfrutar mas de la vida y, sobre todo, de su hijo ha sido uno de los detonantes de llegar a esta decisión de cerrar La Salita los fines de semana, pero también el hecho de ser mejor en lo que hace. «La primera que quiero tener una vida soy yo, y sé que si tengo vida fuera de mi trabajo puedo ser mucho mejor en él, porque puedo ver las cosas desde otras perspectivas, algo que ahora no pasa».

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