Valencia vibra durante esta semana. Las calles repletas de gente desprenden alegría, la música empieza a sonar, ya se respira el ajetreo y el jolgorio está garantizado. No es para menos. Estamos en Fallas. Una fiesta que se vive las 24h del día. Una fiesta que la UNESCO en 2016 incluyó en su lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la humanidad, donde se funde la tradición con la cultura y la gastronomía. Un patrimonio que sumado a la riqueza histórica que desprenden algunos barrios, supone un valor añadido. Es el caso del Barrio del Carmen. Un barrio donde sus calles estrechas y su arquitectura le confieren una personalidad propia.
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Pues bien, recorriendo sus calles nos encontramos con una de las fallas más antiguas de la ciudad. La Falla Ripalda, Beneficència i San Ramón. Una falla que nace en 1874 y que hoy late con más fuerza que nunca. Yo destacaría que es por encima de todo familiar, donde su riqueza radica en las personas que la forman. Una falla donde se vive la tradición en estado puro y que representa la esencia del barrio al que representan. Y es que 150 años no se celebran todos los días. A lo largo de todos estos años se han ido creando los cimientos y la personalidad de la falla que es hoy en día. Una falla comprometida con el medio ambiente y con la tradición. Su presidente Alberto Gay Tomillo y su fallera mayor Berta Peiró García nos adentran en el corazón de la Falla Ribesan.
- ¿A qué se debe el nombre de Ribesan?
- (Alberto). Ribesan es el acrónimo de Ripalda, Beneficència i Sant Ramon. Un término que se empezó a usar porque daba nombre al equipo de fútbol que se formó en la comisión, a finales de los años 70.
- ¿Qué destacaríais de vuestra comisión?
- (Berta). Destacaría que somos una gran familia, siempre nos apoyamos entre nosotros y se nota la sensación de cariño de los unos hacia los otros. Somos casi 300 falleros y pese a ser bastantes personas, seguimos siendo una comisión muy familiar. A esto, hay que añadir que la mayoría de las familias son familias que llevan muchas generaciones en nuestra comisión; la mía en particular son cuatro generaciones.
- ¿Qué tipo de falla podemos encontrar cuando os vayamos a visitar? ¿Qué caracteriza a este tipo de falla?
- (Berta). Podréis encontrar una falla experimental. Este año, es más especial si cabe por nuestro 150 aniversario. Ricardo Alcaide ha querido plasmar estos años de historia en un monumento en el que todos formaremos parte de él. Este monumento lo caracteriza la innovación y la creatividad; la forma de transmitir nuestra historia y que la gente la entienda en un solo monumento.
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- (Alberto). Nuestras dos fallas están realizadas con materiales tradicionales, como la madera y telas, 100% libres del famoso y contaminante «corcho blanco».
- Este año conmemoráis el 150 aniversario. De qué forma lo habéis celebrado.
- (Berta). Como Fallera Mayor he podido vivir de cerca todos los actos que hemos llevado a cabo gracias a la comisión del 150 aniversario, que han puesto todo su esfuerzo y cariño en realizar actos cómo la inauguración del nuevo logo, hecho por uno de nuestros falleros, Carlos Royal; la exposición, que fue, en mi opinión, increíble. Para mí, sin ninguna duda de mis actos preferidos de este año. Poder conocer de cerca la historia de tu comisión y poderla compartir con los demás fue muy especial. También surgió de una lluvia de ideas de la comisión del 150 la idea de la cerveza y del vino. De esto, tuvimos una presentación, que también disfrutamos mucho. Además, este sábado tuvimos la entrega de insignias del 150 aniversario y fue un honor entregar a todos los falleros el recuerdo de un año tan especial para mí. Si algo está claro, es que nuestra comisión es muy trabajadora, este año hasta tenemos mascota infantil, Ramonet. En él y su vestimenta vemos reflejados aspectos clave de nuestra comisión y su historia. Para mí es un honor ser la Fallera Mayor de mi comisión y más aún si cabe, serlo en este 150 aniversario ya que es un momento único e irrepetible. Llevar por bandera los valores de mi comisión es un orgullo para mí, como fallera y como persona.
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(Alberto). Para preparar la exposición visitamos el archivo histórico municipal, contactamos con los familiares de Vicenta Montoro, que fue la Fallera Mayor de en 1935, hicimos una búsqueda de documentos, llibrets antiguos, Conseguimos las bandas de FFMM, reinas de Damas, reinas de Rumeros, etc..
- ¿Qué destacaríais y qué aspectos han cambiado a lo largo de todos estos años? ¿Y qué aspectos siguen intactos después de todos estos años?
- (Berta). Durante todos estos años, ha habido una gran evolución, en varios aspectos. En el caso de la indumentaria, hemos visto cómo ha evolucionado a lo largo del tiempo. Los hombres antes podían llevar el traje de 'cucaracho', cosa que ahora ya no llevan. En el caso de las mujeres podemos ver un gran cambio, desde la largura de los trajes, que conforme pasan los años se llevan más cortos o largos. También destacaría la forma de vestir, fijándome en que antiguamente las manteletas, las puntillas, no iban cosidas. Llevaban camisola y las manteletas se colocaban. Las faldas no iban forradas, y eran 'de pañal', es decir, se cerraban en ambos lados, no por detrás. Respecto a la presencia de la mujer en nuestra comisión, ha habido un gran cambio. Hace muchos años, aparte de Fallera Mayor, apareció la figura de la Reina de Damas. Estas eran mujeres ya casadas. Surgió porque las mujeres casadas dejaron de vestirse. De esta forma, estaban representadas, pero continuaban sin vestirse de valenciana. Un dato curioso, es que hubo una época en nuestra comisión en la que aparte de Fallera Mayor y Reina de Damas, encontrábamos a la Reina de los Rumberos, que son un grupo muy grande de nuestra comisión. También añadir la importancia de que, a día de hoy, hemos tenido presidenta, cosa que antes no habría podido ser, y este año también pregonera, ya que realizamos el acto del Pregó. Somos una comisión innovadora, inclusiva y a la que nos gusta evolucionar. Esto es el principio. Por otro lado, aspectos que sigan intactos destacaría el monumento fallero o falla, sigue siendo pese al paso del tiempo el centro de la fiesta, con esa crítica satírica, mezclado, en muchos casos, con gran dosis de innovación. Y cómo no, la germanor fallera, el fuego purificador de la cremà que da paso a un nuevo ejercicio fallero, la música y la traca, son una constante de nuestra fiesta que año tras año sigue presente, aunque se suman nuevas tradiciones que poco a poco van asentándose en la fiesta.
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- (Alberto). Si hablamos de los monumentos, pretendemos una vuelta al origen usando materiales que se podían encontrar a finales del siglo XIX, además confiando en artistas que nos hagan partícipes de la falla y que no sea un objeto que compramos. Pocas cosas resisten el paso de los años, pero estamos muy orgullosos de ser la única comisión que ha participado en todas las ediciones del Cant de L'estoreta, de tener un concurso de dibujo que este año celebrará su 62 edición y una xocolatà que no sabemos datar desde que año se celebra, pero que tenemos fotos de los años 60. Además, hace tres años, se recuperó la figura del pregoner faller.
- ¿Cuál es la clave para que una falla cumpla 150 años?
- (Alberto). Sería extraño hablar de una clave, pero sin lugar a duda, las personas que forman parte de ella sería la primera. Nada puede funcionar sin un sentido de pertenencia, sin un sentido de responsabilidad, de saber que no sólo estás preparando la fiesta de las fallas, sino que nos cuidamos unos a otros.
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- Y gastronómicamente hablando, ¿cómo se vive la falla por dentro?
- (Alberto). Se vive de forma muy intensa. El fin de semana anterior a fallas, celebramos el tradicional concurso de pellas y durante las fallas celebramos el concurso de fideuà. El día 15, día de La Plantà, es tradición organizar una fesolà para toda la comisión y hasta el 19 de marzo no pueden faltar los almuerzos, las comidas y las cenas en la carpa junto a toda la comisión fallera.
En su aniversario, la falla profundiza este año en su veta gastronómica mediante una cata de vino y cerveza. La cerveza, elaborada por La Socarrada de estilo Pilsen, con aromas a cereales, galletas y especias. La nota de cata habla de un trago largo, agradable y suave, persistente en boca. La combinación de maltas le aporta cuerpo y sabor seco. Una bebida no pasteurizada, ni filtrada y sin gas añadido, producto 100% artesanal, por tanto, tremendamente digerible. De color ámbar brillante, no llega a ser tostada, pero sí de un intenso dorado. Es una cerveza ideal para consumir sola, con quesos, patés, embutidos y ahumados. Y la nota de cata del vino, elaborado por la bodega Cherubino Valsangiacomo, descubre un tempranillo con carácter mediterráneo y con un bonito color rojo cereza. En nariz tiene notas a frutas rojas frescas y algún matiz balsámico como regaliz o violeta. En boca se muestra amable de entrada fácil y trago agradable.
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