Hoy compartimos recreo con Ana Botella, jefa de sala de El Poblet en Valencia y recientemente galardona en los 'Host Awards' que otorga el Basque Culinary Center como 'Mejor Anfitriona del Año'. Recién llegada de la gala Michelín en Barcelona tras haber renovado firmemente las ... dos estrellas Michelín de El Poblet, me siento con ella a charlar y aprender. Tuve la suerte de poder acompañar a Ana en su formación en el CDT de Alicante y ver su pasión y amor a este noble oficio. Fue capaz de marcarse un camino para conseguir sus objetivos, se ha formado, ha viajado, ha estado en grandes casas y ha podido consolidar su buen hacer en un proyecto liderado por Quique Dacosta y con Luis Valls en tándem perfecto. Bravo.
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La charla no puede ser en otro lugar que en el Ccmping familiar en Les Fonts del Algar en su Callosa de Ensarriá natal, donde creció y empezó a amar este oficio.
- ¿Cómo debe ser la anfitriona ideal?
-La anfitriona ideal debe tener un perfil cálido y amable. Es la primera persona en recibir a los invitados en nuestra casa y esa primera impresión, además de ser única e irrepetible porque ya no va haber otra vez esa primera impresión, debe transmitir energías positivas y trasladarla a nuestros invitados. Debe, además, adelantarse a las necesidades del cliente, y antes de abrir debe asegurarse de la temperatura del local, de su orden, de su aroma, iluminación o temperatura con el objetivo de crear esa atmósfera de placer que va a satisfacer a nuestros clientes. Se resume en calidez, amabilidad y armonía.
- ¿Qué cualidades debe tener?
-Empatía, humildad, ser resolutiva y eficiente, y como decíamos antes, también debe demostrar amabilidad, calidez y anticipación.
- ¿Somos buenos anfitriones los profesionales de sala?
-Por supuesto y más en nuestra comunidad. Tenemos una gran herencia histórica de recibir gentes de otras zonas o países. El turismo nos ha hecho sacar todo nuestro carácter mediterráneo y eso nos diferencia de otras zonas. Somos alegres, simpáticos, generosos y tenemos un clima que invita a la alegría. La hospitalidad se puede educar o enseñar en las escuelas de hostelería, pero nosotras y nosotros la llevamos de serie.
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- ¿Cómo ves la sala en la actualidad?
-Veo la sala en la actualidad en continua evolución. La veo en formación y la veo en crecimiento. Creo que estamos haciendo muchísimo por darle visibilidad a un trabajo tan maravilloso como el nuestro. Se está trabajando mucho y bien en divulgar o en formar en otras cualidades de nuestro trabajo como es la gestión, la hospitalidad, el cuidado y mimo del cliente o el bienestar laboral de nuestros colaboradores. El camino es dignificar nuestra profesión, aunque no es fácil, se está haciendo mucho y el futuro es prometedor.
- ¿Crees que es necesaria la formación?
-Además de necesaria es ya casi, obligada. Cada día el cliente tiene un nivel de exigencia más alto y debemos estar siempre a su altura y satisfacer sus gustos, sus modas y sus necesidades. Esto va muy rápido. Tenemos que formarnos en ser buenos gestores de los negocios, en inteligencia emocional, en vinos, en coctelería, en técnicas de servicio y en cocina. Nuestro trabajo debe ser atractivo a los jóvenes y dignificarlo es un trabajo de todas y todos a diario. Desafortunadamente los planes de formación públicos están muy poco actualizados por no decir totalmente obsoletos. La gastronomía es algo muy vivo y cambiante, sus estudios deberían ir en esa línea, cosa que no se produce. Invitaría a todos los que participamos en esto además de reflexionar sobre ello, actuemos y trabajemos en su actualización y mejora.
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- ¿Cómo podemos mejorar?
-Creo que poco a poco nuestra profesión va a ir alcanzando un nivel de madurez tanto en profesionalidad como en relevo generacional. Esta madurez ya se palpa en el sector, y aunque hay empresarios que todavía no han madurado, nuestro trabajo empieza a quitarse sus estereotipos de jornadas interminables o sueldos de risa. Ahora, afortunadamente, la hostelería ofrece condiciones totalmente dignas y legales. Cuidar, mimar, conocer, estar siempre al lado de nuestros colaboradores y dotarles de herramientas y planes para su crecimiento es el camino a seguir. Esos que no lo hagan, desaparecerán porque nadie querrá trabajar con ellos.
- ¿Cómo ves la sala del futuro?
-Veo una sala del futuro formada y especializada, además de orgullosa de su trabajo. Una sala donde se van a combinar los tipos de servicio más tradicionales con los más vanguardistas. Una sala viva, muy viva.
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- Cuéntanos lo del grupo de sala valenciano.
-La sala valenciana es un proyecto que nace pre pandemia. Es una unión y un canal de comunicación donde nos hemos unido gentes de la sala, de la gestión, de la sumillería, de la coctelería y de todos esos ámbitos que trabajamos de cara al cliente. La sala, aunque somos la parte visible, hemos pecado de excesiva prudencia y nos hemos quedado en un discreto segundo plano, aunque muchos y muchas de nosotras y nosotros siempre hemos mantenido la inquietud de darle esa visibilidad y puesta en valor de nuestro trabajo. Fue entonces cuando decidimos crear una red de comunicación para ponernos en contacto e ir de la mano para ayudar también a inspirar en la formación, a crear un código ético de nuestra profesión y compartirlo, y crear proyectos que nos uniesen como desayunos de trabajo, hicimos un seis manos de sala con diferentes jefes y jefas de sala y sumilleres de distintos restaurantes algo que no se había visto aún entonces, y actividades de divulgación y dignificación que intenten inspirar vocaciones además de pasárnoslo muy bien. Es un proyecto vivo que intenta trasladar valores de orgullo, de pertenencia, la comunicación sana o de formación constante y vamos creciendo en ello día a día siendo actualmente 150 miembros.
- Un deseo para 2024:
-Programas formativos atractivos, actualizados y de calidad al alcance de todos
Y para terminar...
- Un aroma.
- Cuando llegas a mi pueblo en mayo, época de níspero
- Un tacto.
- El terciopelo
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Un sonido.
- El descorche de un buen Gramona con mis amigos
- Un sabor.
- El del caldo de mi abuela
- Una imagen.
- La cascada principal de las Fuentes del Algar
Cae la tarde en el Camping de Les Fonts del Algar, el mar está a lo lejos y presente, los campos de nísperos traen colores de atardecer, quien os escribe termina sus últimas notas y se siente orgulloso y esperanzado viendo como Ana se levanta y ayuda a sus padres a recoger la terraza. El futuro será maravilloso.
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