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Las bolsas protegen la fruta y le dan un toque especial. LP

Las uvas del Vinalopó repartirán suerte en fin de año

Dos millones de kilos de esta fruta alicantina con Denominación de Origen se consumirán en Nochevieja

A. Talavera

Alzira

Jueves, 29 de diciembre 2022, 21:25

El carillón, los cuartos, las campanadas y más de 40 millones de personas comiendo a la vez una fruta. Esta es la estampa de fin de año para la mayoría de españoles. Y es que pocos productos tienen el honor de ser el protagonista de ... un día tan señalado y coincidir que todo el mundo los ingiere a la vez. Este distinción es para la uva que es la reina de la Nochevieja en toda España y en otros países de Latinoamérica como Venezuela, Colombia o Chile.

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Alicante es el epicentro de la uva de mesa ya que aquí se se cultiva la variedad más reconocida y que ostenta una denominación de origen por su gran calidad. Se trata de la uva embolsada del Vinalopó que es una fruta única en el mundo por su particular proceso de maduración.

La variedad que se suele consumir en Nochevieja es la más tardía, Aledo, que está en el mercado de noviembre a enero. Sus principales características son unos granos de mayor tamaño y su color más dorado que reluce junto a las copas de cava preparadas para brindar por el nuevo año. Este año también se ha visto afectada por los problemas en el campo pero esto no ha supuesto una reducción de su calidad ya que la denominación de origen garantizar un estándar muy alto para que esta fruta no decepcione.

Del total de la producción inscrita en 2022 en la DO Uva de Mesa Embolsada del Vinalopó , casi un 50 % corresponde a esta variedad que será la encarga de traer la suerte en la noche de fin de año. Se estima que 2 de cada 3 uvas consumidas en Nochevieja procederán del Valle del Medio Vinalopó alicantino, lo que supone, aproximadamente, unos 2 millones de kilos.

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La uva es el producto más buscado el último día del año. efe

A diferencia de otras uvas de mesa, la uva del Vinalopó crece protegida bajo un bolso de papel, que la conserva al menos durante 60 días, y cuida y guarda con mimo todos los granos del racimo hasta llegar a manos del consumidor.

Este año, debido a las adversidades meteorológicas que han afectado a toda la Comunitat Valenciana, la producción de uva también se ha visto mermada. El exceso de calor mantenido en el tiempo ha reducido el número de kilos de variedades más tempranas que se producen en el Vinalopó y se han recogido unos tres millones de kilos menos que en anteriores campañas, en total unos 39,5 millones de kilos

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En España esta tradición tan arraigada nace a finales del siglo XIX cuando la alta sociedad madrileña pone de moda comer uvas y beber champán durante la última noche del año para asemejarse a otros países europeos más distinguidos. La uva siempre se ha relacionado con la buena suerte, con la alegría y el placer ya que esta fruta aparece junto a la simbología del dios romano Baco. De ahí que se utilizara ya desde hace siglos para recibir con buen pie el nuevo año.

Sin embargo, esta moda de las clases altas se extendió a toda la población española debido a una casualidad. En 1909 los agricultores de uva de Alicante, principal zona productora de esta fruta, tuvieron un gran excedente de producto. Con el objetivo de no desperdiciar estos sabrosos granos decidieron repartirla entre la población y promover su consumo durante el fin de año.

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Un gran éxito de marketing que consiguió que la tradición que estaba muy limitada a una clase social se extendiera por todo el país y multiplicara el consumo de uva de una forma excepcional. Tan excepcional que todavía perdura y nadie cuestiona que para recibir el año con buena suerte es necesario comerse las doce uvas al ritmo de las campanadas.

Rituales y manías

Cada persona tiene sus propios rituales para preparase las doce uvas. Están los previsores que empiezan media hora a seleccionar sus granos para estar listos y que nada falle. Algunos retiran las semillas y la piel para que no haya ningún problema durante las campanadas.

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Luego están los que en los últimos segundos del año cogen un racimo sin mirar y se comen las uvas enteras. En cualquier caso, unos y otros empiezan el nuevo año con la boca llena y un gusto dulce gracias a las uvas de Alicante.

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