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paula moreno
Jueves, 18 de noviembre 2021, 16:42
Aunque tradicionalmente, los alcoholes más presentes en los bares y restaurantes españoles han sido el vino y la cerveza, los cócteles han conseguido hacerse ... hueco en las barras a través de la cultura popular. Ya sean los Martini de James Bond o los Cosmopolitan de 'Sexo en NY', lo cierto es que el cine americano ha dotado de glamour a estas bebidas, y sus fans se han lanzado a imitar a sus ídolos. Uno de los más conocidos no tiene su origen las producciones estadounidenses, sino en la India de finales del siglo XIX, y en principio era un remedio inventado para combatir la malaria. Estamos hablando del gintonic.
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Con el fin de encontrar sitios donde catar este cóctel, LAS PROVINCIAS ha contactado con Eli Bravo, sumiller y mixóloga, que cuenta con una tienda gourmet abierta recientemente en Alboraya, VÍNYCO. Tras ganar el concurso de gintonics de la Comunitat Valenciana y formar camareros para preparar cócteles, conoce los locales donde mejor se prepara esta bebida.
Primero, da consejos para detectar malos combinados. «Si el hielo se derrite rápido, es que te lo han servido en vaso caliente o sin enjuagarlos», señala. Además, la proporción ha de ser de 50 ml de ginebra y 200 de tónica, sin que haya demasiado de uno o del otro. Descarta también adornar excesivamente la copa. «No hay que ponerle tantas cosas, que no sea ensalada de frutas», bromea.
En cuanto a sus recomendaciones, señala cinco locales donde probar este cóctel. La primera es la coctelería Trotamundos, dentro del hotel Only YOU, en la plaza de Rodrigo Botet, en pleno corazón del centro de Valencia. La segunda sugerencia es el restaurante cabañalero La Sastrería. Por otro lado, el speakeasy Apotheke, una coctelería oculta en la calle Císcar, también es una buena opción. El Lladró Bar Lounge, parte de una mansión del siglo XIX que es ahora el Hotel Palacio Vallier y el Lolita Bar & Coctail, situado junto a la Catedral de Valencia, cierran esta lista.
El ambiente estilo años veinte de Apotheke sumerge a los visitantes en la atmósfera de los años de la prohibición, cuando el consumo de alcohol estuvo prohibido en Estados Unidos y la única forma de hacerlo era en bares clandestinos o speakeasy. La puerta no está señalizada, y ante el viandante parece una puerta trasera más. Para aquellos que quieran entrar, hace falta una contraseña.
Una vez dentro, Pedro Carrillo los recibe mientras ultima la nueva línea de gintonics. «Hacemos encurtidos caseros, para probar cual le va mejor al cóctel», explica Pedro, barman del local. También cultivan ellos mismos el pepino que utilizan en sus bebidas, el encurtido que mejor combina con la ginebra de confianza de este barman, la Hendricks.
Saliendo de las calles modernistas de la Gran Vía y adentrándose en el casco antiguo, entre las enrevesadas vías medievales aparece Lolita Bar & Coctail. La coctelera del Lolita, Lourdes Mambo, relata que la primera vez que alguien acude al local, suele pedir Puerto de Indias. «Yo les recomiendo que prueben la ginebra Brokman, y es hacerlo y 'se casan'», bromea. En este bar cuentan tanto con gintonics dulces como cítricos, sabores que ella potencia a través de frutas. «Me gusta especialmente el pomelo rosa para darle sabor y la naranja para perfumar la copa», explica.
Coincide con Bravo en que ni la ginebra ni la tónica han de ser demasiado fuertes. «Con el sabor del alcohol, o el regusto fuerte de después, puedes saber si va a ser un buen o mal cóctel», argumenta. De hecho, en el Lolita utilizan la tónica Fewer Tree, una de sabor suave. Da otro truco para saber si el combinado es o no de calidad. «Si se te queda sabor amargo, han puesto ralladura de fruta no fresca», señala.
Cercano al Lolita Bar & Coctail está el Lladró Bar Lounge, la coctelería del Hotel Palacio Vallier. La asesora de bares de la cadena de hoteles MYR, Esther Medina-Cuesta, comenta que este combinado fue el que asentó la tradición coctelera en España hace décadas, cuando se estaba instaurando a nivel europeo pero aún no había llegado al público general español. «Fue a finales de los 80 que la coctelería sale de los hoteles, ni hace cuarenta años», afirma.
A pesar de esta reciente evolución, explica que «el gran público ha comenzado a entender el conocimiento, oficio y arte detrás de las bebidas bien ejecutadas y de un servicio de calidad», relata. A la hora de recomendar ginebras o tónicas, explica que ella «no se casa con ninguna marca», sino que escoge los productos que más satisfacen la demanda de los clientes del Lladró Bar, que buscan lujo sin pretensiones.
«Aunque la carta de cócteles que he creado para el hotel aúna raíces clásicas con innovación organoléptica, la filosofía de Lladró Lounge se aleja del esnobismo del algunas coctelerías«, describe. »Si la clientela quiere Mojitos o gintonics, los elaboramos con el mismo cuidado y pasión que ponemos en un clásico del S. XIX o cócteles de la era de la Prohibición«.
Situado también en el centro, a escasos pasos de la Plaza del Ayuntamiento, se encuentra el Only YOU Hotel Valencia. Abierto en el edificio donde estaba el Hotel Astoria Palace, este alojamiento de cinco estrellas cuenta con la coctelería Trotamundos, una barra en su lobby, donde Iván Talens prepara combinados diariamente tanto para huéspedes como público local.
Declara que es un «purista del gintonic», una bebida que tuvo un boom en España hace veinte años. «La gente ponía golosinas y frutas por dar vistosidad, nada más», relata. Ahora, las personas ya conocen este cóctel mejor y buscan ginebras y tónicas de calidad. «Nuestros clientes extranjeros buscan ginebras valencianas», afirma, como la alicantina Malabusca, de la cual Talens es representante.
Está de acuerdo con Bravo en que la bebida ha de ser fría, para evitar que el hielo se funda y agüe el cóctel. «El hielo es la piedra angular: cuando hay dos o tres cubitos flotando en una copa de balón, me dice que es una copa mal ejecutada», argumenta. Otro indicador de calidad que señala es el uso de cítrico fresco y de proximidad, como limón verde valenciano o naranja. «Siempre uso los productos de temporada, para que no pasen por cámara frigorífica», explica.
Lejos del casco antiguo, en la calle Josep Benlliure, se encuentra el restaurante La Sastrería. En este local, los productos de mar se combinan con cócteles en dos espacios: por un lado, las mesas, donde probar el menú degustación, y por otro la barra, donde hay otra carta, con tapas más simples. Javier Tamayo y Daniel Niño, los bartenders del local, explican que sus combinaciones siempre se ajustan a los gustos de los clientes, pero que hay una combinación que gusta a todos: Sipsmith London acompañado de Fever Tree Indian Tonic, con piel de cítrico que aromatice. «Es un clásico que nunca falla», afirman.
Observan que, más que vasos excesivamente decorados o cargados con ingredientes que no aportan, «la mayoría de consumidores de gintonic siempre quieren el de siempre, sin florituras». Florituras como rodajas de cítrico, que no aportan aroma y le restan burbuja a la bebida. Una buena ginebra, una tónica fría, piel de cítrico y hielo de calidad son suficientes para elaborar este combinado que cada vez gana más adeptos.
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