arantza furundarena
Jueves, 23 de julio 2015, 10:26
Igual que Sara Carbonero, Malena Costa asegura que cuando a su novio futbolista lo destinen a otro país ella le seguirá sin pensarlo, y así ha sido porque Mario Suárez ha fichado por la Fiorentina. Malena, al contrario que Sara, no tendría que pedir una excedencia laboral porque ella es modelo y su profesión le permite viajar de continuo e incluso trabajar en el extranjero. "Pero me iría con él, porque soy una mujer pasional y no creo en las relaciones a distancia", puntualizó Costa hace unos días, durante su comparecencia ante la prensa como imagen del café refrigerado Nescafé Shakissimo.
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Enfriar la situación, con discreción, sin aspavientos y corriendo un tupido velo es lo que ha hecho la modelo mallorquina desde que un diario portugués incluyera su nombre en la lista de mujeres con las que Cristiano Ronaldo le fue infiel a Irina Shayk... Ese es un espinoso asunto sobre el que Malena, bien por decisión propia bien por consejo de su representante, no se pronuncia, ni siquiera para desmentirlo. "No me meto en líos de corazón", advirtió recientemente la modelo. Y mientras su novio le da al balón en Los Ángeles de San Rafael a la espera de destino, ella disfruta de unos días de vacaciones en las Baleares, navegando en compañía de amigos, totalmente ajena a dimes y diretes.
Con Suárez ha compartido también un reciente viaje de recreo a Nueva York y Los Ángeles (de California, no de San Rafael). Llevan juntos casi tres años y medio. Pero a sus 25, Malena no piensa en boda. Ni siquiera el rutilante enlace de su colega de profesión Helen Lindes con el jugador de baloncesto Rudy Fernández, que para remate se ha celebrado en Mallorca, su isla natal, le ha puesto los dientes largos... "No hace falta casarse, no es imprescindible para estar bien con alguien", defiende. De Mario le gusta todo... O casi. "Tenemos cosas en común y otras muchas en las que no nos parecemos, pero nos respetamos y nos llevamos muy bien. Al final cuando estás en pareja se discute por tonterías, pero lo bonito es que nunca hemos tenido una discusión por algo importante, solo por las cosas de la convivencia. Y el enfado se nos pasa en un segundo".
De novia a los 15
Desde que con solo 16 años participara en el concurso televisivo Supermodelo, Malena Costa no ha parado. Las marcas se rifan su imagen aniñada y hasta cierto punto ingenua, acaba de desfilar en la Pasarela 080 de Barcelona e incluso se ha atrevido a adentrarse en el mundo del diseño con una colección de turbantes cuyos beneficios irán destinados en parte a la lucha contra el cáncer. Eso no es nada para una criatura (hija de padre español, ex Dj, y madre sueca) que se subió por primera vez a una pasarela con 11 años, se presentó al concurso Elite Model Look con 14 y desfiló vestida de novia con 15 ("parecía una niña de primera comunión", reconoce). Y si en lo profesional ha ido rápida, en el terreno sentimental ha vivido a velocidad supersónica. Con solo 19 años fue novia del súper empresario de la hostelería Javier Hidalgo, 18 años mayor que ella. Y con 21, del excapitán del Barça Carles Puyol, que le lleva doce.
Mario, de solo 28 años, parece un hombre más a su medida. Malena detesta "a los que se hacen los duros", y el colchonero Suárez es, según sus palabras, "sincero y espontáneo, no de esos que evitan mandarte un mensaje de cariño para hacerse los difíciles". La modelo nunca ha querido entrar a valorar la actitud de sus anteriores parejas, pero sí ha dejado claro que "no volvería con ninguno de mis ex". Tampoco sería muy probable. Puyol está felizmente unido a la también modelo Vanesa Lorenzo y ambos esperan su segunda hija. Y el recalcitrante soltero de oro Javier Hidalgo ha encontrado la estabilidad al lado de Sol González con la que tiene una niña.
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Con el futuro todavía incierto, aunque mucho más cercano al Reino Unido que a Italia (su novio parece haber descartado las ofertas del Inter y la Fiorentina), Malena apura el verano para enfrentarse a un otoño que probablemente le obligará a una mudanza. Quizá a la localidad inglesa de Southampton, la ciudad del Titanic, a donde la modelo se trasladará sin dudarlo, decidida a mantener su relación sentimental a flote.
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