La acalorada discusión de Tamara Falcó e Íñigo Onieva en un conocido restaurante de Madrid

Sara Bonillo

Valencia

Viernes, 26 de enero 2024 | Actualizado 27/01/2024 01:42h.

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Tamara Falcó e Íñigo Onieva se han convertido en una de las parejas de moda del momento. Tras protagonizar una boda de ensueño el pasado 8 de julio en el Palacio El Rincón y disfrutar de una eterna luna de miel por algunos de los rincones más increíbles del mundo, la marquesa de Griñón y su marido se mudaron a su nuevo 'nido de amor' el pasado 20 de octubre.

Desde entonces, la pareja ha asegurado estar «muy feliz y disfrutando al máximo de esta nueva etapa». No obstante, aunque a simple vista parezcan una pareja idílica, también son humanos, y como todos tienen sus diferencias y pequeñas discusiones, algo que la marquesa de Griñón ha confesado en más de una ocasión.

Unas discusiones que se suelen vivir de puertas para adentro. Sin embargo, la hija de Isabel Preysler y su marido habrían protagonizado una disputa en mitad de un conocido restaurante de Madrid, donde las reacciones de ambos llamaron la atención de algunos clientes que se encontraban en el mismo local.

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Según ha contado Pedro Jota en el podcast 'En todas las salsas' la pareja fue vista realizando aspavientos, síntomas de que se trataba de una discusión entre ellos, acrecentada además con el final que tuvo la misma. «Me cuentan que supuestamente Tamara Falcó e Íñigo Onieva tuvieron una discusión en un restaurante del centro de Madrid, en la calle Jorge Juan, hace unos días», comenzaba diciendo, dando los detalles del lugar en el que ocurrió todo.

«No fue una discusión a gritos porque ellos nos discuten así. Pero estaban teniendo una discusión y salieron cada uno por un lado del restaurante», contaba. «Él fue el primero en salir en un taxi y ella se quedó y luego salió del restaurante acompañada de dos amigas», declaraba sobre el modo en que acabó la disputa. De hecho, Pedro Jota relataba que no se encontraban en un reservado, sino que estaban a la vista de todos que pudieron ser testigos de todos sus gestos. «A la gente le llamó la atención los aspavientos que hacían», concluía.