La historia que ha unido a Tamara Falcó con un chocolate valenciano

Isabel Preysler también ha sido imagen durante muchos años de los chocolates de Ferrero Rocher, y de nuevo se asociaban al lujo, a las celebraciones, a la Navidad. Y ahora Chocolates Pancracio -de nuevo una empresa valenciana, como Porcelanosa- ha visto la oportunidad de que Tamara Falcó recoja el relevo de su madre también en este sector. Federico Martínez Weber, líder de la marca desde 2018, cuenta la historia. «Un muy buen amigo suyo, el diseñador Juan Avellaneda, trabajó con nosotros en nuestra campaña 'Anfitriones'». Era invierno de 2022 y al parecer Avellaneda le regaló chocolate de la marca, y a Tamara Falcó le encantó. «Sabemos que es una gran admiradora y consumidora de nuestros chocolates», asegura Federico Martínez. Y fue durante los preparativos de su boda con Íñigo Onieva cuando comenzó su colaboración con Chocolates Pancracio, que ubica sus instalaciones en Paterna.

«Estuvimos presentes en la celebración de su boda con unas mesas repletas de nuestros productos, que eran sus sabores favoritos de la marca, y les preparamos 400 bolsas con producto nuestro para cada uno de los invitados, que los recibieron al salir del evento», recuerda Federico Martínez Weber, que está muy satisfecho con esta colaboración, porque además Tamara Falcó era consumidora del chocolate Pancracio incluso antes de que le pagaran por anunciarlo.

Pese a que Tamara Falcó va asociada al lujo, en Pancracio quieren que éste no vaya unido a nada material, sino que hable de una forma de entender la vida. Simplemente, poder disfrutar de pequeños momentos junto a personas únicas. «Una buena conversación, saborear algo delicioso, aprovechar cada instante … cambiar el protocolo, el dress code, la musica de fondo. En esencia, lo importante siempre ha sido rodearnos de la mejor compañía», explica Martínez Weber. Por este motivo, cuando analizaron el perfil de Tamara, unido al pasado de su madre, comprendieron que se ajustaba a la perfección a la firma. Sólo quedaba dar a conocer la unión que se acababa de producir entre Pancracio y la hija de Isabel Preysler de una forma acorde al personaje, para lo cual echaron mano de una dirección de arte muy cuidada en la que se compaginara la elegancia, con un humor sofisticado y su dosis de buen gusto.

Aunque Chocolates Pancracio es ahora valenciana, sus raíces tienen un origen gaditano, ya que fue fundada por Pedro Álvarez en 2003. Catorce años después, la empresa cambió de ubicación y se trasladó a la Comunitat tras el proceso de compra. El inicio fue prácticamente desde cero, ya que estaba inactiva, pero, conscientes del enorme potencial que escondía, decidieron reflotarla e invertir para llevarla hasta lo que es ahora.

La historia de Pancracio es la de un sueño, el de elaborar un chocolate de la mejor calidad posible sin perder un ápice de su estética. Como bien explica la firma, es una marca artesanal dirigida a quienes aprecian los detalles, disfrutan de los placeres y conciben el chocolate como una experiencia emocionante. Para este proceso, necesitan los mejores granos de cacao que se cultivan en las fincas más exclusivas y lo elaboran manteniendo sus características únicas.