La temporada más valenciana de 'Black Mirror'

Tiene sentido que el brillante artefacto televisivo alumbrado por Charlie Brooker eligiera esta vanguardista vivienda como set para sacar adelante la narración de uno de los nuevos capítulos: es el escenario idóneo para un sugerente relato en el que por sus estancias deambulan Auden Thornton y Josh Hartnet, personajes de un episodio basado en los avatares del célebre intérprete de 'La dalia negra' y 'Pearl Harbor', entre otras cintas. Hartnet encarna a un astronauta cuya vida adquiere un sentido muy inquietante encajada entre las cuatro paredes de este asombroso chalé de la urbanización Monte Pilar, que acaba de cambiar de dueños. Su nuevo propietario acomete una profunda remodelación de la finca, como se puede observar desde la calle. Un vecino de una casa cercana («Mi chalé es normal, ojo, este es de ricos, no como el mío», bromea) explica que las obras han consistido, al menos vistas desde fuera, en vallar el recinto, que da a cuatro calles. En origen, según su testimonio, la parcela ocupaba un espacio superior, porque sumaba los metros cuadrados de otro solar situado enfrente. Desde fuera se escucha el trajín de los operarios y la maquinaria, el único ruido que rompe el silencio de clase alta que habita en esta apartada esquina del centro de L'Eliana.

«Ahí iba mucho a jugar mi hijo cuando la casa era de Camañes», musita mientras se despide el amable vecino, luego de señalar otra finca donde el antiguo constructor contaba con su caballeriza y de compartir una leyenda urbana que gravita en torno al chalé. «Tenía una piscina giratoria», informa, aún asombrado. En realidad, la supuesta piscina giratoria no era tal... pero casi: entre aquellos estudiantes de Arquitectura hay quien apunta que la piscina sí estaba dotada de un ingenio mecánico que la izaba y descendía a voluntad del dueño.

Aquellos futuros arquitectos cruzaban entonces el ecuador de su carrera y les impresionó ese chalé con aire de nave nodriza aterrizada por sorpresa entre nosotros. El cuerpo central, un rectángulo de fisonomía curva, dialoga con sus hermanas pequeñas sostenido el conjunto desde el sótano por unos pilares hurtados a la vista por la vegetación y por unas estructuras de hormigón con función decorativa. Genovés se valió de unos vanos como ventanas de aviones para configurar una criatura que no deja indiferente y que opera al servicio de otras exigencias: plató de cine y televisión y también pasarela de moda para famosos diseñadores de todo el mundo, seducidos por este cóctel entre megalomanía constructiva e icono pop. El amable vecino barruntaba si aún lucirán sus paredes decoradas por Hermès, una duda que tendrá que esperar a ser despejada a que concluya su reforma y reabra su puerta. Esta película también continuará.