LAS PROVINCIAS
Miércoles, 18 de junio 2014, 12:09
Las tradicionales carreras en el hipódromo de Ascot (Londres) se han convertido en una cita imprescindible para la jet set británica.
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Un año más, los grandes sombreros y los tocados imposibles han sido los verdaderos protagonistas de la jornada, inaugurada por la reina Isabel II, quien agradeció la "calurosa bienvenida" de los asistentes a la competición.
Y es que, Ascot se convierte cada año en un evento de gran importancia deportiva y social en Reino Unido, de ahí que en cada edición los invitados (aunque mucho más las invitadas) sorprendan con sus pamelas y complementos de lo más estrafalarios, coloridos y voluminosos.
La soberana británica llegó al hipódromo de Ascot, al sur de Inglaterra, en una tradicional procesión en carrozas en la que estuvo acompañada por su esposo, el duque de Edimburgo y el príncipe Enrique, que asistía oficialmente al evento por primera vez.
En la primera jornada del torneo, la reina lució un abrigo azul sobre un vestido con motivos florales, un atuendo que remató con un sombrero diseñado por Rachel Trevor Morgan.
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