ARANTZA FURUNDARENA
Sábado, 9 de febrero 2019
Decir que es excesivo, histriónico y que sufre de incontinencia verbal es solo contar la mitad. Vaquerizo también puede ser intenso, reflexivo, 'empollón' (sacó Periodismo con matrícula de honor) y un hombre fiel a su mujer que defiende el matrimonio convencional... O como diría él mismo entre carcajadas: «Soy un maricón muy raro».
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- Y ahora me lo encuentro sirviendo sándwiches...
- Pues sí, para un niño de barrio como yo ir al centro de Madrid no se olvida. El primer sándwich Rodilla me lo comí viendo 'Los Cazafantasmas' en 1984. Yo tenía 10 años. Ahora esta marca cumple 80 y nos ha escogido como embajadores. Yo siempre decía que de mayor quería tener un piso en la Gran Vía.
- Y no se lo ha puesto Alaska.
- Claro que no. Nosotros lo tenemos todo al 50%, obtenido con nuestro trabajo y esfuerzo.
-¿ Cómo se imagina a los 80?
- Elaborando mis 'scrapbooks', álbumes de recuerdos personalizados como los que hacía Grace Kelly. Y quizás regentando una librería. Siempre he querido ser bibliotecario.
- Suele ser el bibliotecario el que sueña con ser rockero.
- Se puede ser estrella del rock y llevar una vida muy ordenada. Eso de asociar sexo, drogas y rock and roll es muy obsoleto.
-Veo que se ha tomado su artrosis en plan: 'No quiero más dramas en mi vida'.
- Es que dramas son otras cosas, como la pérdida de mi hermano. Pero esta artrosis ha impedido que yo esté al cien por cien de como me gusta ser a mí: vital, alegre y mariquita inquieta. Por suerte ya estoy recuperando la movilidad del brazo izquierdo. Soy zurdo y no me podía ni peinar. Pero no hay que regodearse en el drama. El 'chochonismo' ilustrado es mi filosofía de vida.
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- ¿Y en qué consiste?
- Pues en ser tú mismo, cariño, en tirar p'alante como las 'chochonis', y en tomarte tan en serio el 'Diez Minutos' como las memorias de Marco Aurelio. Que todo es válido en esta vida y no hay que ser excluyente ni prejuicioso.
- ¿Ha recuperado ya el apetito sexual que decía haber perdido?
- El día que yo pierda el apetito sexual será que me he convertido en un robot. Ya voy recuperando las ganas porque estoy vivo. A mí me gusta ser Mario Vaquerizo al cien por cien todos los días, porque esto no es un personaje. Ahora estoy ya casi en un 90% de Vaquerizo. Y aspiro al 150%.
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- ¿Cómo va su libro para niños?
- Es como un cuento donde explico lo que es para mí una estrella del rock. Incluyo a Lola Flores y a Ana Torroja.
- ¿Usted qué clase de niño fue?
- Muy normalito, aunque muy poco estándar. No me gustaba jugar al fútbol, prefería quedarme en la mesa camilla con mi madre, mi abuela y mi tía. Ese matriarcado me forjó.
- ¿Fue víctima de algún abuso?
- Dentro del colegio no. Pero fuera sí. Llegaron a tirarme piedras y a llamarme maricón porque en vez de jugar al fútbol prefería leer el 'Super Pop'. Ahora el 'bullying' no te lo hacen a la cara, sino a través de las redes. Por eso hay más.
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- Su amiga Bibiana dice que Hacienda se lo ha quitado todo.
- Bibiana ha demostrado ser la dueña de su vida y Hacienda con ella no va a poder. Nosotros compramos su chalé hace más de un año y lo llamamos Casa Bibiana, a la que ella sigue viniendo. Es el sitio donde quiero estar cuando sea mayor, con mi mujer, rodeados de gatitos, como un matrimonio estándar, que es lo que buscamos todos en esta vida.
- ¿Estándar? Me deja de piedra...
- Ah, sí. Para mí el matrimonio tiene que ser estándar. Si no, no te comprometas con nadie y ten amantes. Pero si te casas es para serle fiel a esa persona. Yo así lo entiendo. Ser hombre para una mujer y una mujer para un hombre. A mí que no me hablen de pareja abierta.
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