El padre de Chenoa confiesa que vive de la venta de mascarillas en la calle

Chenoa y su padre, José Carlos Corradini, no mantienen ningún tipo de relación. Aunque él ha confesado que sí que le gustaría retomar el contacto, la cantante parece no estar de acuerdo.

La artista era muy pequeña cuando sus padres se separaron. Ella tenía un año y su hermano Sebastián dos. Desde ese momento, el argentino, de 67 años, ha visto solo un par de veces a su hija. Así, Chenoa ha crecido sin la compañía de su padre. Su carrera está llena de grandes reconocimientos desde que saltó a la fama tras su paso en la primera edición de 'Operación Triunfo'. En lo que respecta a su vida personal, lleva con el urólogo Miguel Sánchez Encinas casi dos años. Este pasado mes de junio iban a pasar por el altar, pero ambos acordaron aplazar la boda por la pandemia del coronavirus.

Su padre, en cambio, lleva una vida bien diferente y no está pasando por su mejor momento. Se dedica a vender mascarillas en la ciudad de Buenas Aires. Según ha confesado en una entrevista, «en Argentina es una época muy complicada, como en todo el mundo», pero le preocupa el coronavirus por su edad y porque es factor de riesgo: «Soy hipertenso y tengo exceso de peso».

José Carlos se encuentra en una situación difícil, que lleva arrastrando bastante tiempo. Hace cuatro años, aterrizó en España para pedirle a Chenoa ayuda económica. Ahora, cada día se siente en un café de la capital porteña para vender mascarillas: «Si un día vendo tres o cuatro, ese día como, aunque sean productos que no me ayuden a mi salud, porque la comida sana es muy cara».

Según el padre de la cantante, además de Sebastián, Chenoa tiene cuatro hermanos más fruto de relaciones con otras mujeres pero nunca los ha querido conocer. Él, piensa que su hija «no se va a conmover por mi situación», pero lejos de juzgarla, intenta entenderla: «A mi hija Chenoa la salvo porque tiene un corazón de oro. Lo que no hace es porque no la dejan, no se lo permiten». José Carlos piensa que la razón de su distanciamiento reside en que «ella no quiere lastimar a las personas que ama, su madre, su padre de vida, su hermano, su cuñada y sus sobrinos».