DM
Jueves, 31 de agosto 2023, 00:19
Ha pasado casi un mes desde el polémico asesinato del médico colombiano Edwin Arrieta. Un caso al que no dejan de crecerle incógnitas según avanzan las semanas y en el que el propio asesino, Daniel Sancho, confesó ser el autor de los hechos. El propio Sancho se encuentra ahora en la prisión de Koh Samui a la espera de un juicio que previsiblemente será a finales de este año o comienzos del siguiente.
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Alí ha recibido durante todos los días desde el pasado lunes 21 de agosto la visita de su madre, Silvia Bronchalo. En este sentido, la mujer, según se supo hace días. Le ingresa un dinero al día para que pueda tener algunos pequeños lujos dentro de la prisión, ya que, por ejemplo, la cena solo se entrega a los presos cuyas familias pagan. Lo mismo ocurre con otros enseres, como un colchón.
Ahora han trascendido nuevos detalles sobre las visitas de Bronchalo. Uno de los días al llegar a la cárcel la mujer portaba una mochila llena y al salir vacía. Desde Telecinco han podido saber que contenía ropa y libros para su hijo. Su madre continúa muy pendiente de él y le ha realizado dos ingresos bancarios para que pueda comprar comida y bebida en la cárcel, uno de 104 bat y otro de 79.
Por su parte, Rodolfo Sancho no ha llegado aún al país, aunque sí se espera que lo haga en los próximos días, lo que sí han mantenido es una videollamada.
Se han conocido una serie de detalles que serían los causantes de la aceleración de las pesquisas policiales. Cabe recordar que la policía del país continúa buscando los restos del cuerpo de Edwin Arrieta en el mar, donde el español señaló haberlos arrojado. Buscan principalmente el torso, para tratar de descartar el apuñalamiento. Por ahora, la principal hipótesis de los forenses es que el cirujano murió por la propia acción de desmembramiento tras darse un fuerte golpe en la cabeza.
Daniel Sancho quiso aparentar total normalidad tras el crimen, sin embargo, hubo un detalle que se le pasó por alto y que ahora 'El programa de verano' de Telecinco ha desvelado. Al día siguiente de los hechos, acudió a un restaurante de la zona para desayunar, el joven, en su intento de no levantar sospechas, grabó un vídeo del momento que después subió a las redes.
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Uno de los comensales se percató de que el chef tenía «su mano derecha vendada y estaba sangrando» y él mismo aseguró que se había cortado pelando un coco. El hijo de Rodolfo Sancho, presumiblemente preso de los nervios, abandonó el restaurante olvidando una mochila que contenía un cuchillo, una gasa y restos de sangre.
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