Per l'Horta inicia una campaña por unos precios justos para el sector agrario en una alquería de Alboraya

Una alquería de Alboraya fue el escenario de la puesta en marcha de la campaña 'Ara, preus justos en l'horta' que promueve el colectivo Per l'Horta, con la presentación del manifiesto suscrito también por sindicatos agrarios y organizaciones ecologistas. En esta casa tradicional, ubicada en los campos de cultivo de Alboraya, cercanos a la autovía V-21 se ha pintado un mural con el símbolo de la iniciativa creado por el diseñador valenciano Diego Mir. 

De este modo, Per l'Horta inicia una línea de trabajo con la que quiere dar visibilidad y defender el trabajo de los agricultores de la huerta de Valencia, actores fundamentales para su pervivencia. El objetivo pasa también por poner en marcha vías de colaboración con sindicatos agrarios y entidades ecologistas, en atención a las justas demandas del sector.

El documento ha recibido el apoyo de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA), Unió de Llauradors i Ramaders, Unión de Pequeños Agricultores Valencia y de la Coordinadora Campesina del País Valenciano-COAG. Además de una decena de organizaciones entre ellas Acció Ecologista-Agró, Greenpeace y Ecologistas en Acción-Valencia.

Las reclamaciones que unen a estas entidades se articulan en tres ejes principales dirigidos a consumidores, supermercados y tiendas, y las administraciones valencianas. Respecto de los primeros, destaca la importancia de adoptar "criterios de compra socialmente responsables", como la compra de proximidad o ecológica, sobre otros como el precio.

El papel fundamental que tienen los consumidores para mantener "una huerta viva y un sector agrario digno" se puede demostrar también exigiendo responsabilidad a las administraciones y grandes superficies para que actúen en defensa de los agricultores.

El manifiesto exige a los supermercados y tiendas que apuestan por los productos de proximidad y pagan precios justos: "No es aceptable que los productores cobran menos del 20% de lo que paga el consumidor". El texto recuerda, por último, el papel fundamental que tienen las diferentes administraciones en cuestiones tales como facilitar el acceso al consumo de proximidad, favorecer la venta directa o aprobar etiquetados identificativos, como la marca de producto de la Huerta que se contempla en la Ley de la Huerta.

"La defensa de la huerta no se puede entender sin la protección del campesinado. Tenemos que pagar precios justos por su trabajo y sus cosechas", destaca el documento que señala cómo, en los últimos años, se ha avanzado en la protección de la huerta como paisaje, un hecho que, sin embargo, "no ha implicado una mejora en la situación laboral de agricultores y agricultoras ni del sector agrario". El documento subraya que, en la actual situación de crisis climática, se hace aún más "ineludible" la apuesta por la producción de proximidad.