ada dasí
Picanya
Lunes, 3 de agosto 2020, 23:40
No hay palabras para describir lo que siente los abuelos paternos de Izan, un pequeño de 7 años, vecino de Picanya, cuya custodia ha pasado a manos de la Generalitat Valenciana con un expediente complicado. Ayer se cumplía el plazo otorgado por la administración valenciana para hacerse cargo del niño, pero ni él ni su abuela aparecieron en el hogar familiar cuando fueron a recogerlo.
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En cambio, una multitud de vecinos se congregó a las puertas del ayuntamiento para frenar lo que consideran una «injusticia». «No hay derecho a que les quiten a Izan. Lo han criado ellos y el niño tiene que estar en su casa, con los suyos. Él ya es como el nieto de todos», explicaba un allegado a la familia, que es muy conocida y querida en el pueblo.
La misma impresión tuvieron el cerca del centenar de residentes que se acercaron a las puertas del consistorio para expresar su malestar ante este caso, a pesar de que no está en manos de la administración local, sino de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas. «Es una situación muy vergonzosa, ellos son mayores pero están muy bien de salud para seguir cuidándolo», añadía la misma fuente consultada, respecto a que ambos tienen ya 70 años, lo que implica un punto más en contra para obtener la custodia del menor.
El alcalde, Josep Almenar recibió a la familia, tras los requerimientos de las personas allí presentes. El primer edil les comunicó que el caso no está dentro de sus competencias, ya que se trata de un tema de Conselleria, no obstante, Almenar aseguró para este periódico que «intentaremos mediar para buscar la mejor solución posible«.
Y es que la vida del matrimonio se centró en el pequeño cuando la madre, de origen brasileño, lo abandonó y se marchó a su país sin dar más señales de vida. Su padre, optó por la «mala vida», como señalan sus familiares, y está considerado como «incapacitado» para hacerse cargo del menor.
Por ello, sus abuelos, Manolo y Antonia lo acogieron como lo que es, su nieto, y han estado cuidándolo y velando para que no le faltara de nada. La situación familiar de los tíos del pequeño también impide que puedan solicitar la custodia, excepto uno de ellos que todavía vive con sus padres.
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Ayer, el drama se acrecentó cuando cuatro personas acudieron al hogar familiar a recoger al pequeño para trasladarlo a un centro de acogida en Alboraya. «Una de ellas le dijo al abuelo que era el padre adoptivo de Izan y el hombre se quedó fatal», explica el allegado, «esto no era necesario». No obstante, ni el pequeño ni su abuela se encontraban en el domicilio en esos momentos y en las redes sociales aparecieron algunos mensajes de «Izan está en mi casa» para solidarizarse con Antonia.
El vecindario ha mandado mensajes de apoyo constante a la familia que está siendo asistida por un abogado que ha declinado hacer declaraciones. De momento, la orden sigue en pie, a la espera de poder dar con el paradero de la abuela y su nieto.
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