Coser para remendar vidas

Detrás de muchas historias de superación, de vidas que salen a flote, de trayectorias vitales con nuevos caminos, hay personas como Toni Zamorano y su empresa social. Un negocio exportado desde su experiencia en la cooperación internacional con mujeres en Senegal y que tras la pandemia, importó su modelo de ayuda a muchas mujeres de la comarca de l'Horta desde Benetússer. Son nombres ficticios pero historias reales: María, tras trabajar en la industria del mueble durante 40 años, no había cotizado nunca. Teresa, con tres niños a su cargo, no podía pagar el dentista de su hijo. Makena, no encontraba trabajo porque no tenía papeles. Behati, no podía cumplir un horario laboral por su niña pequeña. Y así hasta 44 mujeres que gracias al proyecto de Zamorano, Vidas Extraordinarias, han podido seguir adelante desde un nuevo inicio.

La iniciativa surge tras la pandemia y con la ayuda de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Benetússer, tras una reunión con Eva Sanz, se gestó la iniciativa que consiste en la costura de reciclaje de materiales. «Es una empresa, pero con unas particularidades que la convierten en una empresa social, fundamentalmente por tres circunstancias. La primera, porque como empresa está creada exclusivamente para afrontar un problema, se crea con un propósito y es facilitar el acceso laboral a un conjunto de mujeres que por múltiples circunstancias tienen muy complejo acceder a un mercado laboral. Y además de eso, tenemos una apuesta adicional y es que queremos como empresa generar producto y vender producto. A partir de la reutilización de materiales que por alguna circunstancia han perdido su valor y por lo tanto los calificamos como residuos, pero realmente nosotros los ponemos en valor. Con lo cual el compromiso medioambiental de Proyectos Extraordinarios desde un inicio es un factor irrenunciable. Con lo cual combinamos un factor primero económico, la parte medioambiental y la ayuda a personas con vulnerabilidad», expone Toni Zamorano.

Como un reflejo del proyecto en Senegal, en Benetússer se colabora con diseñadores y empresas que demandan productos reciclados. En Benetússer se trabaja con máquinas industriales y en Senegal con máquinas de coser Singer, «porque muchas veces se va la luz o los repuestos son difíciles de conseguir. Nosotros empezamos y seguimos trabajando en una ONG que es Formación Senegal. La parte más importante de los proyectos ha sido siempre y es la mejora de las condiciones de vida de las mujeres que residen en la zona rural donde trabajamos. Y lo hemos hecho básicamente construyendo talleres textiles, equipando talleres textiles, capacitando profesionalmente, intentar que hayan proyectos viables y sostenibles en cuanto a la generación de empleo».

«La alcaldesa de Benetússer, Eva Sanz, nos comentó las posibilidades si podíamos, entre comillas, replicar ese modelo aquí, porque había un conjunto de mujeres en situación de habían agotado las ayudas y efectivamente eso de alguna manera la acción el kilómetro cero es que es importantísimo. Pero al replicar una ONG cuando aquí lo que se quería también era generar un modelo de negocio de empresa social. Firmamos un convenio con el Ayuntamiento para la cesión de locales, y nosotros asumimos el coste de los salarios y de la maquinaria, que en Benetússer es industrial «queremos competir con los mejores en cuanto a producto, en cuanto a calidad, en cuanto a terminación y por eso necesitamos evidentemente máquinas absolutamente profesionales».

Con el objetivo implícito de ayudar a las mujeres, ofreciéndoles un trabajo y, en muchos casos, aprendiendo una profesión, «hablamos que somos una empresa de triple balance o de triple impacto. Apostamos por un perfil profesional con muchas capacidades, con mucho talento, pero que por las circunstancias tienen, como te decía, muy difícil el acceso al mercado laboral, sobre todo por cuestiones de conciliación familiar. Son mujeres que tienen una carga familiar difícil de manejar si no tienen un horario flexible. Algunas de ellas también con situación de vulnerabilidad por cuestiones, por cuestiones sociales de violencia de género» explica el CEO de la empresa.

Con Proyectos Extraordinarios, una empresa con sede en Benetússer, mujeres de diferentes perfiles como «víctimas de violencia de género, dificultad en cuanto a la consecución de papeles y en cuanto a la residencia legal en aquí en España y en otros casos, mujeres que tienen una capacitación profesional pero tienen tal carga familiar que no pueden responder a un horario de entrar a una hora y salir una hora», encuentran en este proyecto el salvavidas para seguir adelante en una empresa que entiende sus necesidades y crea riqueza desde el tercer sector y con un compromiso de sostenibilidad y con el medio ambiente.

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