Miguel Camacho y su madre, Gador, a las puertas del instituto de Albal. Jesús Signes

«Señor conseller, quiero poder ir a clase»

El alumno ventilodepediente del IES de Albal envía una carta a Sanidad tras quedarse sin enfermero

Ada Dasí

Albal

Viernes, 4 de noviembre 2022, 22:27

«Señor conseller, quiero seguir yendo a clase porque eso me da vida», esto dice la carta que Miguel Camacho, un alumno ventilodependiente de cuarto de la ESO del instituto de Albal, ha remitido al máximo responsable de la Conselleria de Sanidad, Miguel Mínguez.

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En ella le explica que "por una enfermedad muscular, desde que tenía un año de vida llevo un respirador del que no me puedo desconectar, y además soy no verbal, por lo que utilizo un sistema de comunicación alternativo para comunicarme".

El adolescente le comenta que "siempre he podido ir al cole, y así he podido ser uno más, acompañado de personal sanitario. Hasta ahora, que una vez empezado este curso me quitan a la persona que me acompañaba, y a partir del 2 de noviembre no podré acudir al instituto" y se dirige a él porque "ha sido su Conselleria la que ha tomado esta decisión, a pesar de que mis padres les han pedido que lo alargase ocho meses y así poder terminar cuarto de la ESO".

Miguel concluye pidiéndole "que cambien de opinión porque quiero seguir yendo al instituto (ya que es lo que me da vida y si no fuera así me encerraría, me desanimaría y eso provocaría más dificultad para estudiar, no me socializaría con mis compañeros, vamos, un desastre), como el resto de mis compañeros y que no sea un problema para que pueda seguir estudiando".

«Flexibilidad»

Sus palabras son un grito desesperado de auxilio, que también comparten sus padres, Miguel y Gador. El pasado lunes fue su último día de clase con el enfermero y temen que no pueda volver por las necesidades especiales que necesita cubrir, a pesar de que el instituto pone todas las facilidades.

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El problema de la familia reside en que tras cumplir los 15 años, Miguel no puede acceder a este profesional de la Conselleria de Sanidad sino que depende ya del servicio que se denomina Persona de Asistencia Terapeútica Infantil (PATI) de la Conselleria de Políticas Inclusivas y que no es compatible con la consideración de cuidadora de su madre.

Es como si le dieran el alta a Gador, perdiendo una prestación económica indispensable para la familia de tres miembros y con necesidades especiales que cubrir, pero, a pesar de ello, tendrá que volver a empezar el proceso de formación a la persona que se haga cargo de Miguel para poder entender su forma de comunicarse y los mensajes de alerta que lanza cuando tiene algún problema de salud.

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"No es cuestión de dos días, sino de meses", explica la progenitora, cuando solo faltan ocho para acabar el curso de educación obligatoria. Luego ya se verá, porque las expectativas de Miguel son las de seguir estudiando.

Los padres no están dispuestos a dejar que el adolescente se quede sin sus clases por la burocracia y piden "un poco más de flexibilidad en la normativa y que se revisen esas incompatibilidades a nivel autonómico" para atender la "diversidad dentro de la diversidad".

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Prórrogas

Fuentes de la Conselleria de Sanidad han señalado que se ha atendido este caso particular y que se dio aviso a la familia en el mes de junio de que perdían este servicio para que "fueran organizándose". Además, advierten de que "se han agotado todas las prórrogas" y les remiten a la figura del PATI de la Conselleria de Igualdad y Política Inclusivas.

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