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Los bañistas disfrutan del día en una de las playas de El Puig. Irene Marsilla

«Me tiré al agua sin apenas pensarlo»

Cuatro héroes anónimos salvan la vida a una pareja que se ahogaba en la playa de El Puig. No se conocían entre ellos pero su rapidez y coordinación permitió sacarlos hasta la arena donde los esperaban los sanitarios

Ada Dasí

El Puig de Santa Maria

Viernes, 29 de julio 2022, 19:07

Nada hacía presagiar a uno de los protagonistas de esta historia que una cena en una terraza junto a la playa de El Puig (Puigval) iba a acabar en un salvamento improvisado junto a otros tres héroes a los que no conocía de nada. No quiere desvelar su identidad, es demasiado tímido y le abruma pensar que su nombre puede cobrar fama pero la realidad es que su intervención fue decisiva para salvar la vida de una pareja de extranjeros que decidieron adentrarse en el mar cuando ya no había servicio de socorrismo.

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Eran sobre las nueve y media de la noche del pasado fin de semana cuando un vecino dio la voz de alarma de que había alguien ahogándose. «Nos levantamos corriendo mi novia y yo y saltamos el paseo. Cuando llegamos a la orilla una chica señaló hacía donde se veía la cabeza de un hombre. Me tiré al agua sin apenas pensarlo», recuerda.

«Mientras iba hacia él casi no había luz y oía a mi novia diciendo 'sigue, sigue'». Cuando llegó hasta donde estaba el hombre, con ciertas dificultades, le dijo «a mi no, salva a mi mujer» y el joven no lo dudó dos veces. «Miré hacia atrás y vi a otra persona que venía nadando para ayudar y le grité que se quedara con él», mientras nuestro héroe siguió nadando en un mar picado buscando desesperadamente a la mujer, que estaba a uno 20 metros mar adentro.

Refuerzos

Cuándo le preguntas que le pasó por la cabeza en esos momentos explica que: «pensaba que nunca me había visto en una situación así y no sabía cómo hacerlo». A pesar de ello no desfalleció y sacó fuerzas de donde pudo hasta dar con ella, con la poca luz que había a esas horas de la noche. «Quería alcanzarla lo más pronto posible y oía como de cuando en cuando pedía ayuda», relata.

No obstante, llegaron refuerzos. Otros dos hombres venían nadando desde la playa con dos flotadores y no tardaron en acercarse. Primero fueron hacia el hombre, donde dejaron uno de ellos y luego a la mujer. «Estaba muy cansada y no podía mantenerla a flote, fue una suerte de que trajeran el flotador», recuerda. «Se lo puse y dejé allí al que acababa de llegar que estaba muy cansado, pensando que había que rescatar al hombre».

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Aplausos y alabanzas

Y hasta allí se fue. «Entre otra persona y yo fuimos empujándolo hasta que hicimos pie en la arena. Fue un descanso saber que ya estábamos en la orilla», comenta. Poco después sacaron a la mujer que fue atendida de inmediato por los servicios médicos que ya estaban en la playa. Los héroes fueron recibidos en la orilla con aplausos y alabanzas de los que presenciaron el arriesgado rescate y de las fueras de seguridad que se personaron en el lugar.

Después de que hayan pasado varios días, nuestro protagonista comenta que esa noche no pudo dormir. «Es una experiencia difícil de olvidar pero la mayor satisfacción es que conseguimos salvar dos vidas». El joven hace surf pero a pesar de ello no fue fácil para él el rescate, «hace dos años tuve que sacar a una compañera en la tabla pero no es lo mismo». La suerte también quiso que otro de los participantes tuviera experiencia en nadar en mar abierto y fuera socorrista.

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Las imprudencias en el mar son habituales en esta época del año, a pesar de las advertencias. Los servicios de salvamento y socorrismo se retiran de las playas tras caer el sol y a partir de ese momento la costa queda sin vigilancia, por lo que no es recomendable nadar a partir de esas horas.

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