Imagen de la fragata hundida. r. c./Vídeo: Atlas

La Armada ucraniana hunde una de sus fragatas

El Ministerio de Defensa confirma que fue inutilizada con explosivos en el puerto de Nikolayev para evitar que cayera en manos rusas

M. P.

Viernes, 4 de marzo 2022, 14:12

El misterio que rondaba el hundimiento de la fragata 'Hetman Sahaidachniy' esta semana en la ciudad portuaria de Nikolayev quedó ayer resuelto. El Ministerio de Defensa ucraniano confirmó que el naufragio de su buque insignia fue provocado por su propia tripulación para que no cayera en manos rusas. El barco quedó varado sobre el costado de babor después de que los marineros reventasen el casco con una carga explosiva.

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Pese a que en un primer momento se especuló con una intervención de saboteadores, o incluso que el buque sufriera un accidente debido a una deficiente conservación, la Armada explicó que dio la orden de hundirlo ante la eventualidad de que las tropas del Kremlin lo capturasen en su expansión por el sur de Ucrania. Nikolayev es uno de los enclaves que Moscú considera claves para cerrar la salida ucraniana al mar Negro. Cuenta con dos puertos y en su día albergó tres astilleros y la principal fábrica naval ucraniana. La ciudad tiene un lugar en la historia de la tragedia bélica europea: los nazis la conquistaron a sangre y fuego matando a 35.000 habitantes.

El ministerio precisó que, con esta acción, se ha evitado que Rusia pueda hacerse con el buque y su tecnología, consciente de que la caída del puerto puede producirse en cualquier momento. Los ocupantes se emplean a fondo en la conquista del sur, creando un cinturón que daría un enorme respaldo al plan del presidente Vladímir Putin de invadir la capital. Hasta el momento, Kiev ha aguantado los ataques y otra de las bazas con la que contaba el Kremlin, la kilométrica columna de blindados y tanques conformada para aplastar la resistencia, encuentra grandes problemas en su avance.

El hundimiento de la 'Hetman Sahaidachniy' supone un revés muy importante para la flota ucraniana. La última vez que la fragata estuvo en servicio antes de navegar en la espiral de la guerra fue en noviembre en el golfo de Adén, donde patrullaba en labores de prevención de la piratería marítima. Ucrania la pierde en vísperas de que pueda abrirse una nueva fase en la confrontación entre los dos países con una guerra en el mar. La hipótesis es más plausible a raíz de que el Kremlin haya fijado entre sus objetivos inmediatos a la histórica Odessa, aunque las dificultades que entraña una operación anfibia distan mucho de las reglas del combate en tierra.

Falta de mantenimiento

Ucrania carece de una Armada potente. A la ausencia de un mantenimiento adecuado, según han denunciado fuentes del propio Ejército en los últimos años, se une el quiebro que significó la guerra de Crimea para su flota. Entonces, la base de sus barcos estaba en Sebastopol y, tras la anexión de la península a Rusia, fue trasladada a Odessa. Pero con muchos menos buques. Moscú se quedó con 54 de las 67 unidades que Kiev tenía amarradas allí y, aunque prometió devolverlas, incumplió su palabra en cuanto comenzaron los incidentes en Donbass en 2014. De hecho, a Ucrania solo le reintegró los barcos más viejos y necesitados de un mantenimiento económicamente muy elevado.

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Rusia no solo se quedó con las mejores fragatas, lanchas y destructores. También a su personal. De los 8.000 militares ucranianos que componían la flota de Sebastopol, 6.000 decidieron integrarse en la Armada rusa, cuyos sueldos eran y siguen siendo superiores. Si se tiene en cuenta que en 2013 Ucrania contaba con 14.000 marineros, está claro que el naufragio viene de lejos.

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