![Los alemanes temen a un invierno 'a lo Ceaucescu'](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202207/20/media/cortadas/alemania-krtH-U170778234787ugD-1248x770@RC.jpg)
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joana serra
Berlín
Miércoles, 20 de julio 2022, 18:54
La ola de calor extremo cumple la ruta prevista y avanza este miércoles sobre Alemania tras dejar un rastro de incendios forestales y viviendas en llamas en Francia e Inglaterra, así como Grecia e Italia. La radicalización térmica no se expresa ya solo en máximas récord, sino en hectáreas de bosques o cultivos calcinados -19.000 en Gironde, en la costa atlántica gala-. Es decir, en regiones que no están habituadas a sufrir estos estragos.
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El servicio meteorológico alemán (DWD) venía advirtiendo de que en Berlín podrían superarse los 40 grados, algo destacable en un país cuyo récord histórico está en los 41,2 registrados en Duisburg, en el oeste, en 2019. Los dos o tres días de calor extremo asustan en Alemania no tanto por el rigor de unas temperaturas inusuales para el país, sino porque en las últimas dos décadas los veranos con jornadas tórridas han dejado de ser la excepción. El más extremo que se recuerda fue en 2003, en que las temperaturas altas se prolongaron durante semanas y en todo el país. Es de prever que superar la barrera de los 40 grados deje de ser algo excepcional, advertía el DWD.
En la primera economía europea, con 11,4 millones de hectáreas de bosque, preocupa la sequía. Un temor que, desde la perspectiva del sur europeo, puede parecer exagerado, pero que no lo es tanto a tenor de los datos que se manejan en la Comisión Europea: un 46 % del territorio comunitario está en «riesgo» de sufrir sequía. Alemania no es una excepción.
Estos temores conviven con el pánico ante un 'invierno a lo Ceaucescu'. 'Der Spiegel', el semanario político de referencia, atribuía estos días al ministro de Economía, el verde Robert Habeck, el propósito de poner el consumo privado bajo una especie de ley marcial.
«¿Patrullará pronto una policía de las temperaturas por Alemania?», se preguntaba esta publicación. 'Der Spiegel' aludía así a la posibilidad de limitar por ley el uso de la calefacción en el hogar. Y recordaba cómo el dictador rumano Nicolae Ceaucescu obligó a sus ciudadanos a temblar de frío en casa.
Habeck es, hoy por hoy, el político mejor valorado del país. Se le reconocen sobre todo sus esfuerzos por reducir la fuerte dependencia energética rusa, una hipoteca heredada de gobiernos anteriores. También su capacidad para comunicar al ciudadano, con sinceridad y sin triunfalismos, los rigores derivados de la crisis energética, de la climática y de la guerra en Ucrania.
Se le percibe como un buen gestor frente a la emergencia derivada de esas grandes crisis globales. Si en febrero, un 55 % del gas importado por Alemania procedía de Rusia, ahora se bajó al 26 %. Reclama, a cambio, ahorro en el consumo privado, duchas cortas y bajar la temperatura de la calefacción.
El comentario del 'Spiegel' levantó una ola de indignación en las redes sociales. Pero, al margen de la inoportuna comparación, en Alemania se extiende la alarma ante la severidad invernal que se avecina y las propuestas, sean de Bruselas o de Berlín, para reducir el consumo. Que al país le sobrevengan días de verano tórridos no le eximirá de la dureza habitual de sus inviernos.
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