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Pese a no ganar, lo mejor fue el resultado. El Levante se marchó de Ipurua sin asaltar los puestos de ascenso directo y sin recortar la distancia de cuatro puntos con el Eibar, que llegaba a la cita con el aura de líder de la clasificación. Los de Javier Calleja, en la dudosa línea de las últimas semanas, carecieron de mordiente en ataque y apenas generaron peligro. Les costó rondar la portería de Luca Zidane y no sumaron ningún remate entre los tres palos. Aun así, marcaron. Y lo hicieron merced a un tanto en propia puerta de Arbilla cuando Alejandro Cantero estaba con la caña preparada. Apenas dos minutos duró la alegría. Un regalo de Róber Pier impidió que Joan Femenías pusiera el candado en su estreno liguero con la camiseta azulgrana. Un empate agridulce. Pese a la falta de clarividencia en la fase ofensiva y el determinante descuido defensivo, el conjunto granota se hizo fuerte en una pequeña batalla que, en función de las circunstancias, puede acabar valiendo su paso en oro. Y es que el equipo mantiene igualado el golaveraje particular con el cuadro armero. «A lo mejor nos acordamos a final de temporada», afirmó el entrenador madrileño para recordar que, en una competición tan apretada, los detalles marcan la diferencia.
Después del 0-0 firmado por ambos equipos en el partido de la primera vuelta en el Ciutat, el Levante llegaba a Ipurua consciente de la trascendencia de no perder el golaveraje particular con el Eibar. Una misión cumplida con el 1-1. En caso de que ambos equipos acaben la temporada con los mismo puntos en el casillero, su posición en la clasificación se regirá por la diferencia de goles general, que en estos momentos resulta ligeramente favorable para los granotas. Sin embargo, el fútbol de los de Calleja volvió a saber a poco. Sobre todo por la falta de ideas en los metros finales.
El campo del Eibar se le continúa atragantando al Levante. Y es que el conjunto granota nunca ha ganado en casa del equipo armero en Segunda División. El balance es de siete empates y cuatro derrotas. La única victoria de los azulgrana en Eibar se produjo en Primera hace exactamente dos años. El 10 de abril de 2021, el equipo entonces dirigido por Paco López se llevó el triunfo por 0-1 gracias a un gol de Jorge de Frutos justo antes del descanso.
Ayer, De Frutos volvía a alzarse como uno de los grandes estiletes del Levante. El extremo segoviano, uno de los futbolistas con más talento de la categoría, trató hasta el final de desbordar. Sin embargo, Daniel Lasure se convirtió en una pesadilla para el de Navares de Enmedio. El lateral izquierdo de Eibar realizó un correoso marcaje que incluso pudo costarle la expulsión, pero el árbitro le perdonó la segunda cartulina amarilla.
En una de las escasísimas ocasiones en que De Frutos logró superar a Lasure, llegó el gol. Era el minuto 67. El segoviano centró y el rechace de la zaga armera fue recogida por Marc Pubill, quien volvió a colgar el balón al área. Su servicio iba dirigido a Cantero, aunque el joven atacante no llegó a rematar. Al cabecear con la intención de despejar el esférico, Arbilla lo introdujo en su propia portería.
El Levante se adelantaba en el marcador pese a los problemas que estaba encontrando para sorprender al Eibar. Sí había metido una marcha más tras el descanso, ya que en la primera parte se mostró especialmente espeso. Los de Calleja, compactos e intensos en la presión, sí conseguían contener a un conjunto vasco que se siente cómodo con el balón.
El Eibar actuaba con mayor fluidez y gozaba de más presencia en ataque. Tejero rozaba el gol a los 20 minutos. El Levante, por su parte, apenas sacaba rendimiento a la verticalidad de Cantero y De Frutos. Montiel arrancó el encuentro como principal referencia ofensiva, aunque por momentos era Iborra quien asumía ese rol.
Ya en el segundo acto, Calleja fue sacando más artillería. Bouldini, quien entró por un renqueante Montiel, recibió una peligrosa plancha de Arbilla en la frontal del área que pudo costarle la roja directa, aunque el colegiado no lo entendió así.
Justo después del gol de Arbilla en propia puerta, Calleja introdujo un triple cambio. Metió al joven defensa Carlos Giménez, quién ya había debutado con el primer equipo en Copa del Rey pero todavía no lo había hecho en Liga. Mientras el Levante trataba de ajustar sus piezas, el Eibar restableció el empate en el marcador. La renta de los granotas sólo duró dos minutos. Un exceso de confianza de Róber Pier con el balón en los pies puso el tanto en bandeja a Stoichkov, quien no falló. Un despiste que pasó factura.
«Ha tenido un error, pero lo más importante es cómo ha reaccionado. Muestra siempre personalidad», afirmó Calleja. El Levante, pese a terminar con Soldado, Bouldini, Musonda y De Frutos sobre el césped, no inquietó a Luca Zidane. Un empate que los granotas tratarán de hacer bueno ante el Mirandés en el Ciutat de València. Ya no se puede fallar en casa.
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