Adiós a una losa de 236 días

El Levante no tenía esta sensación desde el 10 de abril. El jueves, después de 236 días y 23 partidos oficiales sin conocer la victoria, el conjunto granota volvió a ganar. Fue un triunfo previsible, ya que visitaba a un Huracán Melilla de Regional Preferente en la primera ronda de la Copa del Rey. El aplastante 0-8 puede resultar lógico, pero adquiere un valor especial en las circunstancias del equipo. Los azulgrana, con la confianza mermadísima por la alarmante trayectoria en Liga que ya ha supuesto el despido de Paco López y Javier Pereira, se impuso con solvencia en el estreno de Alessio Lisci en el banquillo. La competición que la temporada pasada hizo soñar a la afición con una final sirvió este jueves para quitarse una pesada losa.

Soldado y Blesa marcaron sus primeros goles con el Levante, Dani Gómez se reivindicó con un doblete, Cantero fue clave con dos asistencias y no concedió al rival ningún disparo a portería. Un triunfo con efecto terapéutico. Lisci exprimió los 90 minutos de este jueves ante el Huracán Melilla. Al margen del resultado, el joven entrenador hizo del encuentro un banco de pruebas. Empleó dos sistemas y agotó los cambios prontísimo. Pretendía examinar a los máximos futbolistas posibles. Esta semana, en la que puede convencer tanto a los futbolistas como a la directiva de que se merece llevar el timón durante toda la temporada, resulta crucial dentro de su carrera.

De entrada, Lisci apostó por un esquema de 4-3-3. El trivote estuvo formado por Radoja, Malsa y Blesa, mientras que Bardhi y Cantero actuaron como interiores. Soldado, en punta de lanza, tardó dos minutos en abrir la lata.

El veterano delantero, uno de los fichajes del verano, firmó su primer gol como levantinista al rematar con precisión un centro teledirigido de Cantero. El tanto allanaba un partido que, en principio, debía resolverse sin contratiempos. Y los azulgrana saltaron al césped del Álvarez Claro con las ideas claras. Enchufados más allá de la visible diferencia de categoría entre ambos equipos.

A partir de ahí, Soldado se peleó con la portería al marrar dos ocasiones clarísimas. A bocajarro. Cantero se alzaba como el futbolista más desequilibrante y los granotas ponían al conjunto melillense contra las cuerdas.

Soldado pudo desquitarse de los errores anteriores y marcó su segundo tanto tras una asistencia de Franquesa, quien estaba haciendo sufrir a Faisal Mohamed por la banda. El origen de la jugada estuvo en un sensacional pase entre líneas de Blesa. El prometedor canterano, en su primera oportunidad de la temporada, se hizo notar. En apenas dos minutos, sacó a relucir su zurda para lograr un doblete y dejar el encuentro visto para sentencia.

Lisci aprovechó el descanso para meter a Mustafi, Son y Dani Gómez. Estos movimientos representaron un cambio de sistema, pasando del 4-3-3 al 4-4-2, con Blesa y Cantero como extremos. Era un monólogo del Levante, que se asociaba con fluidez.

Y en el comienzo del segundo acto, en un saque de esquina, Malsa fusiló para poner el 0-5. Entonces llegó el momento de Dani Gómez. El delantero madrileño se reivindicó con dos zarpazos en seis minutos. Ya con Vukcvevic y Pablo Martínez sobre el césped, Blesa puso la guinda completando su hat-trick. El Levante coge aire de cara a la Liga.

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