El Levante vive hasta que Messi quiere

El Levante UD recibe al FC Barcelona en el partido correspondiente a la jornada 16 de LaLiga, a las 20:45 horas en el Ciutat de València.

El conjunto granota, que la última vez que se vio las caras con el Barça marcó cinco goles (tres fueron de Emmanuel Boateng y los dos restantes los hizo Enis Bardhi), buscará repetir tan grandiosa hazaña esta noche bajo la atenta mirada de una emocionada afición que ve cómo su equipo se ha asentado en puestos europeos. Paco López lo intentará con este once inicial: Oier, Róber Pier, Postigo, Cabaco, Toño, Jason, Bardhi, Campaña, Rochina, Boateng y Morales.

Once del técnico del Barça, Ernesto Valverde: Ter Stegen, Piqué, Rakitic, Sergio, Suárez, Messi, Dembelé, Lenglet, Jordi Alba, Vidal y Vermaelen.

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Tanto Paco López como Ernesto Valverde estuvieron una sola temporada en el Valencia. Precisamente, la misma: la 2012-13. El de Silla dirigió el filial blanquinegro, mientras que el extremeño tomó las riendas de la primera plantilla. Ambos aterrizaron en el club con el curso empezado para tratar de mejorar los resultados. Y lo lograron. Apenas coincidieron seis meses en la ciudad deportiva de Paterna, pero ese período sirvió para que conectaran. Hoy por la noche, en Orriols, se reencuentran.

«Para mí, Valverde es uno de los entrenadores referencia en este país. Representa muchísimos valores con los que me identifico. Me parece un excelente entrenador y una excelente persona», afirmó Paco López, quien saborea el éxito como técnico del Levante. El cacereño, entrenador del Barcelona, guarda un amargo recuerdo de su última visita al Ciutat de València. Se produjo hace siete meses, concretamente el 13 de mayo. Los granotas, liderados ya por el de Silla, se impusieron al conjunto catalán por 5-4. Una histórica victoria que sirve de inspiración.

«Hay cosas que se extraen. Hemos visto cosas que nos pueden valer. Continúan muchos jugadores de entonces. Pero el tipo de emociones con las que llega cada equipo son distintas», admitió Paco López. Aquel día, el Levante alcanzó una ventaja de 5-1, aunque el Barcelona recortó distancias para establecer el definitivo 5-4. No jugó Messi, ya que Valverde optó por concederle descanso. Esta noche, salvo sorpresa, el genio argentino formará parte del once inicial. Nada de especulaciones.

La victoria firmada por el Levante el pasado curso sirvió para romper la mágica racha del Barcelona, que encadenaba 43 jornadas sin perder. Los granotas dieron la campanada e impidieron que el conjunto catalán finalizara la Liga con la condición de invicto. Una proeza que los de Paco López aspiran a reeditar hoy.

Paco López ha lanzado un mensaje contundente: «Vamos a tratar de ser fieles a nuestras señas de identidad, pero también somos conscientes del rival y los jugadores que tenemos enfrente. Si perdemos, que sea el Barça el que nos gane. Que no perdamos porque no seamos reconocibles. Si tenemos algo es que somos un equipo atrevido».

El Levante se alza como uno de los equipos con mayor capacidad goleadora de la Liga, aunque también es uno de los conjuntos que más tantos encaja. Paco López recupera para la ocasión al líder de su defensa, Sergio Postigo. El central, quien se ha perdido las tres últimas jornadas, ya ha superado los problemas musculares en su pierna izquierda. Así, el entrenador azulgrana podrá presentar hoy su once de gala. Todo apunta a que formarán la alineación titular los mismos futbolistas que se impusieron al Real Madrid en el Bernabéu el pasado 20 de octubre.

Paco López tratará de explotar el talento de jugadores como Campaña, Bardhi o Rochina y la velocidad de Jason, Toño y Morales. El de Silla buscará la fluidez y la frescura cuando se recupere el balón para tratar de hacer daño a los de Valverde. Con esta mentalidad, el preparador granota ha dejado fuera de la convocatoria a un mediocentro de perfil defensivo como Nikola Vukcevic. El montegrino, el fichaje más caro de la historia del club, es uno de los descartes junto a Raphael Dwamena y Antonio Luna. Por su parte, Cheick Doukouré, Pedro López y Samu García continúan lesionados.

El Levante, en caso de firmar una nueva gesta, continuará una jornada más en puestos europeos, mientras que el Barcelona, líder de la clasificación, siente la presión del Atlético de Madrid y el Sevilla. Los de Valverde se han propuesto despejar las dudas sobre su trabajo defensivo y ya ha enlazado dos partidos sin encajar goles. El preparador cacereño mantendrá su columna vertebral y huirá de las rotaciones.

La gran diferencia entre la noche del pasado 13 de mayo y la de ayer tiene nombre y apellidos: Lionel Andrés Messi Cuccittini. «Estamos delante del mejor jugador del mundo. Yo no tengo ninguna duda», avisó Paco López dos días antes del encuentro. El técnico del Levante, como todos, recordaba la épica victoria por 5-4 firmada ante el Barcelona hace sólo siete meses, pero en aquella ocasión el astro argentino no pisó el césped. Esta vez sí lo hizo. Y en cuanto los granotas bajaron la guardia con dos despistes, picó para abrir el camino de una goleada que acabó en 0-5. Un resultado que, en cualquier caso, no debe hacer olvidar la ilusionante primera media hora que ofreció el conjunto levantinista. Por momentos, se fantaseó con otra velada gloriosa. Sin embargo, un genio apodado La Pulga conquistó Orriols.

Paco López pudo apostar por su once de gala. Sergio Postigo, recuperado de sus problemas musculares, reapareció, mientras que Boateng se hizo un hueco en la alineación titular en detrimento de Roger. La exhibición del delantero ghanés durante el partido ante el Barça de la pasada temporada todavía estaba en la memoria. Recuerdo imborrable. Por su parte, un revés de última hora alteró los planes de Ernesto Valverde, quien finalmente no pudo contar con Nélson Semedo por unos problemas en la rodilla izquierda. Para solventar la baja, el técnico de Barcelona optó por modificar el esquema y jugar con tres centrales.

No tardó el Levante en demostrar sus señas de identidad. Esas que se encarga de recordar Paco López cada semana. A los cinco minutos, un incisivo Jason penetró y filtró un pase para Boateng, quien disparó con dureza al primer palo. Ter Stegen detuvo con apuros. El ghanés soñaba con una noche como la de hace siete meses, cuando firmó un antológico hat-trick. En aquella ocasión, Messi vio el partido desde fuera porque Valverde decidió concederle descanso. El escarmiento recibido hizo que el argentino sí estuviera ayer en el once titular. Y tardó muy poco que hacerse notar con un peligroso lanzamiento desde la frontal.

En cualquier caso, el Levante estaba muy bien plantado, manejando el balón con criterio, sin rifarlo. Con personalidad. Como pide Paco López. La zaga se mostraba concentradísima y contundente para cortar las internadas barcelonistas. Ante un rival de tal envergadura y calidad, la solidaridad a la hora de defender resulta fundamental para sobrevivir. Y anoche ningún granota se arrugaba. Los futbolistas acumulaban kilómetros para ayudar atrás y avanzar con fluidez. Una intensidad que, con el paso de los minutos, podía pasar factura.

El Levante de Paco López no se esconde. Los granotas atacaban con numerosos efectivos y hacían daño gracias a la movilidad y velocidad de sus dos puntas: Morales y Boateng. El africano se tiró en plancha para intentar culminar un trepidante contragolpe hilvanado por Rochina y Jason, pero no alcanzó el cuero con la testa. Lástima. Bardhi, mientras, dejaba destellos de su clase.

Entonces llegó el punto de inflexión. A la media hora de juego, Boateng estrelló el balón en el larguero después de que el árbitro aplicara la ley de la ventaja en unas manos de Lenglet fuera de la área. Sólo tres minutos después, el Barcelona enseñó su grandeza. Bardhi perdió el balón cerca de su propia portería y Messi lo recogió, atravesó el área de un costado a otro sorteando rivales y fabricó una asistencia en sentido contrario a su marcha para que Luis Suárez abriera el marcador. El uruguayo no perdonó. Algo que sí había hecho el Levante hasta ese momento. Los granotas desperdiciaron su momento y lo pagaron caro.

Pero los de Paco López , fieles a su estilo, no bajaron los brazos y Morales rozó el empate tras dejar sentado a Piqué. El central catalán, desde el suelo, desvió lo justo el balón para mandarlo a córner. La historia se repitió. El Barça no tiene piedad. Rochina arriesgó en un pase en el centro de campo y Busquets lo interceptó para asistir a Messi. El argentino avanzó sin permitir que Postigo le alcanzara y, solo ante Oier, remató con finura. Un jarro de agua fría al borde del descanso. Un intermedio que debía servir para recuperar el aliento y reactivar el sueño. Aunque ya hacía falta algo más que un milagro. Sobre todo teniendo en cuenta la manera de arrancar el segundo acto.

A los dos minutos de la reanudación, la distancia en el marcador se amplió. Luis Suárez, desatado, cogió desprevenido al Levante con una galopada y cedió el esférico a Jordi Alba, quien conectó con Messi. El argentino, completamente libre de marca, definió a placer en el corazón del área. Él decidió hasta cuándo iba a continuar con vida el conjunto granota. Y este tanto terminó de sepultar las esperanzas de la grada de Orriols. Aun así, el Levante no iba a regalar el resto del partido. Seguía buscando el balón y la portería contraria.

El Barcelona, con una marcha menos, dejaba espacios. Campaña y Bardhi trataban de adueñarse del centro del campo, deleitando con muestras de talento y acciones individuales. El sevillano, en un estado de forma sensacional, tuvo en sus pies la posibilidad de recortar distancias, aunque se topó con un atento Piqué. La réplica resultó más efectiva. Luis Suárez hizo una de las suyas, con caño a Cabaco incluido, y Arturo Vidal puso en bandeja el cuero a Messi para que rubricara su hat-trick. Su particular fiesta.

Ya no había nada en juego. El Barcelona, sin renunciar al ataque, facilitaba algunos contragolpes del Levante. La roja directa a Cabaco por una peligrosa entrada sobre Dembélé y el gol de Piqué remataron una noche que resultó ilusionante hasta que Messi dijo basta.