![Así no se puede ascender](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/04/28/1480533393-RSbFPZbnFqrowWbxOTtdUML-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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Caprichoso es el fútbol y especialmente esta Segunda División que se empeña en seguir llevando al límite cardíaco a todos sus seguidores. Si el levantinismo pidió un deseo para este fin de semana muy posiblemente fuera que pinchara alguno de sus rivales directos por el ... ascenso. Bien pues, los deseos, se cumplen. Y a veces, se alinean los astros, y te presentan oportunidades que uno ni se imagina. Pincharon Racing, Leganés, Espanyol, Elche, Sporting y Oviedo. Con todo eso, el Levante sabía que si vencía al Cartagena en casa, se metía de lleno en el lío, igualando en un cuádruple empate a 55 puntos por la última plaza del play-off.
Con todo ese contexto asumido y en conocimiento de la plantilla, los levantinistas fueron incapaces de vencer ante un Cartagena muy práctico, que se defiende sin balón y espera el error rival con ese clásico 4-5-1 que monta una muralla en el centro del campo e impide el juego entre líneas. Y por supuesto, que busca hacer daño a la contra. Así llegó el solitario gol de Ortuño que decantó la balanza del lado visitante y esfumó los sueños de meterse en la pelea por el play-off. Si ni cuando fallan tus rivales directos eres capaz de vencer contundentemente ante un rival de la zona baja de la tabla, quizá es que no mereces estar peleando por ascender. Cuestión de tiempo que las matemáticas digan que el Levante se queda sin opciones de volver a Primera esta temporada.
Porque el Cartagena, equipo muy rocoso y con esa veteranía y oficio necesarios para batallar en el barro, supo perder tiempo desde el inicio, buscando mantener y firmar un empate que para ellos podía saber a gloria, y que terminaron siendo tres puntazos que saben a oro para los de Calero. Porque punto a punto, los de abajo necesitan ir alejándose de la quema.
Tuvo el primer aviso el Levante con un tiro de Lozano, que llegó en segunda línea tras una buena descarga de Brugué. Salió rozando el palo el disparo raso del centrocampista granota, que ha asumido ese rol de jugar escorado en la banda izquierda. El partido se enfangaba con un par de fueras de juego polémicos, más que nada por el momento de señalarlos. Uno porque el Levante ya había salido a la contra con un balón largo, pero el linier levantó la bandera anulando la jugada previa del Cartagena, impidiendo el avance granota. Posteriormente, otra jugada visitante fue invalidada por posición antirreglamentaria, pero se tardó tanto en hacerlo cuando se veía evidente que el delantero estaba adelantado que el graderío de Orriols la tomó con el colegiado. No estuvo muy acertado el equipo arbitral, que se llevó el clásico «¡Burro, burro!» después de decretar que un balón que salvó Pablo sobre la línea de fondo había salido, cuando en la repetición se observó claramente que la pelota no había rebasado completamente la línea blanca. Posteriormente el miedo se metió en el cuerpo del Ciutat —casi lleno por cierto gracias a la promoción de acudir a los tres últimos partidos por 15 euros— con un gol anulado a Ortuño. Y es que tras un pelotazo que se llevó en el rostro Fabríco, se detuvo el juego. Tras la reanudación, el Cartagena sacó en largo y el exjugador del filial granota batió a un Andrés que reclamaba el offside.
Pasaban los minutos y el juego ofensivo del Levante empezaba a impacientarse. De ahí llegaron dos intentos lejanos de Kochorashvili que se marcharon muy arriba de la portería de Lizoain. El equipo de Miñambres movía sin éxito el balón de lado a lado ante un Cartagena bien plantado que no dejaba espacios para los hombres de talento blaugrana. La tuvo al filo del primer tiempo Brugué con una chilena en el área tras un par de peinadas de un balón colgado, pero su intento se marchó por encima del travesaño. Tras dos minutos de añadido, se detretó el descanso.
Tras el paso por los vestuarios, Miñambres aprovechó para realizar la primera sustitución. Dentro Dani Gómez y fuera Fabrício, que no estaba teniendo su tarde. El brasileño estuvo más pendiente de pelear con los centrales del Efesé que en buscar los desmarques al espacio, su principal punto fuerte. No está en su mejor momento el carioca, que sigue sin marcar y desperdiciando minutos de valor. El Levante necesita su mejor versión y a día de hoy está muy lejos de ella.
De la nada la tuvo Brugué, que aprovechó un despeje de patadón de Pablo. Controló y sacó un disparo de zurda que por poco no toca el palo. Todo esto después de una gran parada de Andrés al tiro de Luis Muñoz. Poco después, un intento de Dani Gómez mano a mano con Lizoain puso de pie al graderío, aunque de haber entrado, hubiese sido anulado. Pero el que sí subió al marcador fue el tanto de Ortuño, que culminó una transición del Cartagena que él mismo inició en el centro del campo. El balón se abrió a banda y desde ahí Calero, hijo del entrenador, la puso al segundo palo para un cabezazo imperial del nueve, que le ganó el duelo a Dela. 0-1 y 'déjà vu' del día del Amorebieta. Mismo contexto: en casa, ante un rival de los de abajo, con obligación de ganar, y desastre. Atasco ofensivo y nula contundencia defensiva.
Para la búsqueda del gol, dentro Bouldini y Róber Ibáñez. Marcó el marroquí, sí, pero en claro fuera de juego. Ya en la última jugada, volvió a marcar cazando un rechace de un córner, pero el VAR anuló el tanto por una mano previa de Álex Muñoz. Miñambres fue expulsado por protestar, fruto de la rabia y la desesperación.
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