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Dela y Buba Sangaré tratan de detener el avance de un jugador del Amorebieta. LUD

El Levante se olvida de la Copa

El Amorebieta elimina al conjunto granota, que muestra una pobre imagen en casa. Con un once repleto de suplentes que no aprovechan el día, los de Calleja dejan de lado el torneo y se centran en la Liga

Miércoles, 6 de diciembre 2023, 21:41

Este Levante no termina de arrancar. Cada paso adelante que consigue dar, se tropieza y retrocede dos casillas en el tablero. Sí. Es la Copa. Y técnicamente no cuenta para el objetivo del ascenso. Pero en casa, ante el Amorebieta y con el viento a favor después de la sufrida victoria ante el Valladolid, la imagen vista este miércoles festivo en el Ciutat de València dejó mucho que desear y estuvo lejos de ser la proyectada por un equipo que quiere pelear por volver a la élite. Si no eres capaz de enlazar victorias consecutivas difícilmente escalarás posiciones en la clasificación. Habrá quien piense que el Levante hizo bien cayendo en Copa, quitándose de encima el problema de tener que jugar más rondas que acumulen partidos en futuras semanas para centrarse únicamente en la Liga. Un argumento válido, pero que bien podría haberse retrasado alguna ronda más, como sucediese en la pasada temporada, donde hasta que no se cruzó con un Atlético de Madrid, dio el callo.

Derrota por 0-1, como local y con un once repleto de rotaciones. Nueve para ser exactos respecto al último encuentro. Sólo Andrés y Postigo repitieron y por circunstancias. La unidad B del Levante no respondió y ninguno se mostró lo suficiente como para pensar que Calleja le pueda dar una oportunidad de comenzar un partido en Liga. El desacierto ofensivo y la pasividad en la creación volvieron a estar presentes en el juego granota, que fue incapaz de poner en serios aprietos a la portería visitante. Dos partidos ante el Amorebieta van ya en esta temporada, el de la primera jornada, que se empató a uno, y este de segunda ronda copera, con pinchazo. Dos oportunidades para medirse a un equipo teóricamente inferior, recién ascendido de Primera RFEF, y al que el Levante ha sido capaz de superar en ambas.

Calleja llegó al partido del Valladolid cuestionado, incluso en la cuerda floja si volvía a sumar una séptima jornada sin vencer, pero consiguió salvar su cabeza. El pinchazo copero vuelve a colocarle en la silla caliente, con una exigente visita a Gijón el sábado en la que deberá refrendar que lo importante es la competición liguera y que lo vivido en el Ciutat este miércoles fue un espejismo. Si de verdad el Levante ha querido tirar por la borda la Copa del Rey, debe demostrarlo en Liga, encadenando la segunda victoria consecutiva y aupándose en los puestos clasificatorios, porque de lo contrario, se quedará en una situación muy complicada y con la grada cansada de la deriva sin rumbo en la que se ha encauzado la entidad.

El Amorebieta plantó cara y se mostró sólido. Hizo lo que tenían que hacer y defendieron con uñas y dientes. Agazapados, permitiendo al Levante dirigir el encuentro a sabiendas que la mordida azulgrana está en horas bajas, los vascos supieron aprovechar la oportunidad que tuvieron. Eraso cazó un balón en el área tras un centro lateral. Con el interior del pie, puso el balón abajo, imposible para Andrés. Pocas ocasiones tuvo el Levante, que apenas incomodó a un Magunagoitia que sustituyó al granota Cuñat, cedido en el Amorebieta, que no pudo jugar en la que es su casa. Sólo Dela, a la desesperada y ya en el tiempo añadido, tuvo una ocasión clara que levantó a los aficionados de Orriols de sus asientos. Su remate de cabeza en una jugada a balón parado fue detenido por el guardameta vasco, que dejó su portería a cero para certificar la eliminación granota. La tuvo también el joven Sangare en una ocasión que hubiese desatado el delirio en el estadio levantinista. La historia se contaba sola: podía haber marcado en su debut, que era el del jugador más joven en estrenarse con el primer equipo. Danvila confesó que el club había recibido una oferta de 2 millones de euros por un juvenil. Les invito a atar cabos y a descubrir que el susodicho era Sangare. La realidad es que el chico, lógicamente, está verde. Tiene sus carencias, pero destaca físicamente. Su velocidad y habilidad con el balón son impropias de un chaval que todavía va al instituto. Quizá el Levante quiso darle la oportunidad para ponerlo en el escaparate y mostrarlo al mundo, pensando ya en una futura venta que pueda ayudar a la débil situación económica de la entidad, que como dijo el consejero delegado, debe convertirse en un club vendedor.

Poco de Carlos Álvarez, que en otras ocasiones que tuvo sí brilló, pero el 5-4-1 del Amorebieta le dejó sin espacios por los que corretear y no tuvo la oportunidad de mostrar su magia. Los últimos minutos de Fabrício fueron eléctricos. Otro que debe ponerse en el escaparate de cara al futuro. Con el pitido final del árbitro, la grada se mostró descontenta con el resultado. Tímidos pitos e incluso un cántico desde la Grada de Animación: «¡Jugadores, mercenarios!». La realidad es que este Levante se juega el todo o el nada ante el Sporting. Con la Copa ya fuera de los planes, toca centrar el tiro.