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Bouldini pone las cosas en su sitio

El marroquí rompe su larga sequía goleadora y evita un duro golpe en el Ciutat | El Levante, que regresa a los puestos de play off, reacciona rápido después de cinco minutos fatídicos

Sábado, 13 de enero 2024, 15:26

Hay victorias que, por su forma, dejan huella aunque no se produzcan en un tramo decisivo de un campeonato. Y la de este sábado puede ser perfectamente una de ellas. Hubo sufrimiento cuando nadie lo esperaba. Y reacción inmediata. Y registros simbólicos. Y reivindicaciones... Hubo un nombre propio: Mohamed Bouldini. El delantero marroquí puso las cosas en su sitio, tanto a nivel particular como colectivo, con sus dos goles frente al Albacete. Rompió un sequía anotadora alarmante y dio al Levante un triunfo alentador. El conjunto granota regresa a los puestos de play off de ascenso ocho jornadas después, ya que le favoreció la derrota del Valladolid en Burgos. Además, los de Javier Calleja empiezan a aprobar una de sus asignaturas pendientes y se hacen fuertes en el Ciutat de València, donde ya encadenan tres triunfos ligueros. Algo fundamental para poder soñar con el retorno a Primera.

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El Levante volvía a competir después de 24 días. Un paréntesis que se ha hecho eterno. Ambientazo en las gradas. Hubo pitos al escucharse por megafonía la bienvenida a la afición visitante y el nombre de Rubén Albés, técnico del Albacete. Las viejas rencillas no están enterradas a pesar de que ambos entrenadores ondearan la bandera de la «paz» y el «amor» durante las horas previas al encuentro. La tensión de la pasada campaña, con cruces de declaraciones en el play off de ascenso, sigue presente.

Un caldo de cultivo que, probablemente, influyó en el frenético arranque de partido. A los seis minutos de juego, el valenciano Manu Fuster aprovechó un descuido de la defensa ganota para marcar, pero el VAR anuló el gol por claro fuera de juego. En la siguiente acción, justo enfrente del banquillo visitante, una entrada a destiempo de Álex Muñoz sobre Quiles encendió los ánimos ostensiblemente. En un abrir y cerrar de ojos, el encuentro se había caldeado.

Quien sí mantenía la cabeza fría era Bouldini. El marroquí tenía claro que, tras seis jornadas como suplente, este sábado era su día. Volvía al once titular con la misión de poner fin a una travesía por el desierto demasiado larga. Lo intentó pronto con un testarazo. Había que afinar la puntería.

Mientras, Carlos Álvarez derrochaba su magia sobre el césped. Talento, actitud, desparpajo, cambio de ritmo, pases entre líneas que resquebrajan al adversario... El sevillano hacía lo que quería cayendo a la banda derecha. Siempre con el balón pegadísimo al pie, se escurre entre los rivales. Y con sólo 20 años, está en pleno crecimiento. Un futbolista diferente. Una perla que no llegó a deslumbrar a los dirigentes del Sánchez Pizjuán pero que sí lo hizo a Felipe Miñambres, quien lo reclutó el pasado verano para el Levante.

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Carlos Álvarez desquició a Jonathan Silva por la banda. Y fruto de una acción suya, Dani Gómez tuvo una oportunidad de oro. Remate demasiado débil. Pese al musculoso doble pivote del Levante, con Algobia y Oriol Rey, el Albacete hacía daño con sus rápidas ofensiva y conseguía encontrar fisuras en la defensa. La intensidad era elevada y Escriche asustó a los granotas, obligados a emplearse a emplearse a fondo.

Pero pasada la media hora, el Levante se estiró y obtuvo el premio. Vezo le robó la cartera con elegancia a Djetei y fabricó un centro medido al segundo palo, donde esperaba un portento físico como Bouldini para cabecear al interior de la red. Un gol que permitió al marroquí poner fin a una desagradable racha de casi cuatro meses sin ver portería. Su último tanto se remontaba al 23 de septiembre, cuando abrió el camino de la victoria frente al Eldense en el Ciutat. Esta temporada ha firmado todas sus dianas en Orriols salvo la primera, que tuvo lugar en casa del Amorebieta.

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Y justo antes del descanso, contragolpe de libro. Dani Gómez se vistió de asistente y Pablo Martínez se colocó donde suelen hacerlo los delanteros natos. Sólo tuvo que empujar el esférico.

Con 2-0, el partido parecía encarrilado. Pues nada más lejos de la realidad. El Levante entró en el segundo acto perdiendo protagonismo pero mostrando seriedad y concentración, con ayudas constantes entre compañeros. Sin embargo, entre el 64 y el 69, llegaron cinco minutos fatídicos en los que el VAR resolvió las dudas del colegiado. Primero marcó Juanma, ya que el videoarbitraje entendió que no existía el fuera de juego que se había señalado. Y en una jugada posterior, tras un cabezazo de Higinio, a Andrés Fernández se le escapó el balón cuando ya lo tenía blocado y cruzó la línea de gol. Unos centímetros que no pasaron por alto. Tablas.

El guión dio un vuelco, pero los cambios funcionaron. Brugui, quien llevaba unos minutos en el campo, se sacó de la chistera una asistencia para Bouldini. El imponente delantero no falló. Sí lo hizo sobre la bocina Higinio, cuyo testarazo se estrelló en el larguero. Orriols respiraba. Por primera vez desde 2017, el Levante empieza un año natural ganando. Aquella temporada, el conjunto azulgrana acabó escalando a la máxima categoría. Buena referencia.

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