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A este Levante le gusta correr. Es un equipo capaz de jugar de diferentes formas, pero su preferida es la de aprovechar pequeñas transiciones y explotar la velocidad de sus puntas. Un arma que se empleó a la perfección en el derbi de la Comunitat ante el Eldense. Ambientazo el que se vivió en el Ciutat de València, con centenares de aficionados visitantes desplazados que tuvieron una comunión ejemplar con la grada granota. La germanor, presente como siempre.
Levante UD
2
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CD Eldense
Los dos goles blaugranas que dieron el triunfo fueron de una factura similar. Carreras al espacio de Mohamed Bouldini primero y Fabrício Santos después para matar a un recién ascendido que mostró una mejor imagen que la que el marcador refleja. Día redondo fue. Victoria con portería a cero —la segunda consecutiva desde la entrada de Andrés Fernández por Joan Femenías—, tres puntos y cuarta victoria de la temporada para mantener la buena imagen mostrada en Alcorcón. Olvidado ya el tropiezo ante el Espanyol, el Levante coge velocidad para mantenerse en lo alto de la tabla. Y para cerrar la tarde perfecta, recuperó a su estrella. Pablo Martínez volvió a disputar minutos y se sintió futbolista.
Y es que empezó bien el Levante desde el primer minuto. Tenía que demostrar su poder. En casa, ante un recién ascendido, debía imponer su juego y su calidad. No tardó en avisar a la portería defendida por Vallejo que iba a ser una tarde movidita. Cantero, que estuvo excelso en esa posición de extremo izquierdo que rompe en diagonal hacia dentro, llegó por detrás de la defensa para rematar de volea un balón que Bouldini previamente descargó tras el centro al área de Brugué. El intento se marchó alto. Pero fue una declaración de intenciones demostrando que en cuestión de dos o tres toques el Levante era capaz de hacerle cosquillas al Eldense.
El segundo aviso fue de nuevo con Cantero como protagonista. Pegado a la banda, recibió un gran pase de Bouldini. Tras ganarle la carrera al defensa, llegó a línea de fondo, donde levantó la cabeza y cuando parecía que iba a fusilar al primer palo, sacó un pase al punto de penalti que remató Brugué. Paradón de Vallejo. El balón eso sí quedó muerto en el área, desde donde Lozano intentó ajustar al palo. Su remate, algo forzado, salió rozando el poste. Perdonó el Levante, pero a la tercera no iba a hacerlo.
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De nuevo, protagonistas habituales. En una transición eléctrica tras una pérdida del Eldense. El balón llegó a los pies de Lozano, que desde el centro del campo, trazó un pase al hueco raso que atravesó a la zaga visitante para conectar con el desmarque de Bouldini. El marroquí, que está de dulce, picó con sutileza el balón a la salida del portero para anotar. El árbitro anuló inicialmente el gol por fuera de juego, pero tras la revisión del VAR, se confirmó que el tanto era válido y el Ciutat explotó en júbilo.
El Levante se marchaba al descanso con una ventaja mínima merecida pero que no tranquilizaba a nadie. Se han escapado puntos en los últimos años por no cerrar los partidos y Calleja quería más. Tras la reanudación, se vio a un equipo insistente, que buscaba el gol. Especialmente Dani Gómez. El delantero, por momentos desesperante, realizó varias jugadas individuales donde quizá la mejor opción hubiese sido conectar con un compañero. Es lógico. Es delantero. Quiere gol. Pero el chico no debe obsesionarse. Le llegará. Su insistencia llegó incluso a hartar a la grada, que le dedicó una ligera pitada por pasarse de chupón u por, de vez en cuando, no presionar lo suficiente en fase defensiva. Quizá por eso a la hora de partido se ganó la pronta sustitución. Fabrício entró en su lugar, y Vezo por el amonestado Capa que volvió a dejar momentos de inseguridad. La entrada de Fabrício aportó lo que necesitaba el Levante si iba a jugar a especular. Un delantero rápido, capaz de correr al espacio y de hacer daño al contraataque. En dos carreras que tuvo se ganó rápidamente el aplauso del graderío, que vio en el brasileño el compromiso que no tenía Dani Gómez.
Al minuto 70 llegó uno de los momentos esperados. Pablo Martínez, que había estado de baja casi siete meses por una grave lesión de rodilla, salió a calentar por primera vez. La ovación del Ciutat fue de esas que pone los pelos de punta. «¡Pablo, Pablo!», se coreaba. El madrileño se ha convertido en uno de los ídolos del levantinismo por su rendimiento y su compromiso con el equipo. No por nada ha heredado el '10' de Iborra. En la recta final, tuvo la posibilidad de entrar para empaparse del cariño de la afición y coger unos cinco minutitos de juego para ir recuperando forma. Si el Levante quiere ser candidato al ascenso, va a necesitar del talento de Pablo. Calleja dio entrada también a Algobia y Kochorashvili, para juntar más gente en el centro del campo y dormir el partido.
Y es que con el equipo más replegado, se aprovechó esa faceta veloz de Fabrício. El brasileño presionó a Piña, que cometió un error y le robó la cartera. Tras conducir hasta el área, definió con clase a la cepa del poste para sentenciar el partido con su primer gol como granota. El delantero demostraba que Felipe Miñambres acertó rechazando las propuestas de cesión que recibió en el cierre de mercado y que tiene hueco para ser importante en esta plantilla. Su perfil, diferente al del resto de delanteros, clave para partidos como este del Eldense. Próxima parada, otro derbi, ante el Elche.
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