El Anxo Carro albergó un partido tosco. De esos en los que hay escasa continuidad en el juego. De esos que se deciden en acciones completamente aisladas. Y el desenlace, unas insuficientes tablas entre el Levante y el Lugo, estuvo estrechamente relacionado con el VAR. El videoarbitraje cobró protagonismo, repartiendo ilusión y desolación a partes iguales. Permitió que José Campaña pusiera el empate por medio de un penalti que había pasado desapercibido para el colegiado, pero privó a los granotas de la victoria al anular un gol por unas involuntarias y tímidas manos de Vicente Iborra en el tiempo añadido. Te dio y te quitó. Una vorágine de emociones que mantiene al conjunto de Javier Calleja a tres puntos de los puestos de ascenso directo. El técnico madrileño, quien sigue invicto en las seis semanas que lleva en el banquillo de Orriols, tratará de multiplicar el valor de los dos últimos empates superando el domingo al Málaga.
El Levante fue de menos a más durante el encuentro, aunque en ningún momento se acercó a su mejor versión. La intensa lluvia del primer acto, que dejó algunas zonas del campo inundadas, no acompañó al estilo del conjunto granota, que dio un paso adelante tras el descanso. A partir de ahí, los azulgrana se hicieron con el control del partido con el objetivo de culminar la remontada. El varapalo final no entraba en los planes de Calleja.
El Lugo, que estrenaba entrenador después de la destitución de Hernán Pérez, aspira a salir de los puestos de descenso. Bajo la batuta del joven Fran Justo, el conjunto gallego comenzó apoderándose del centro del campo. Con un viejo conocido de los granotas como El Hacen exhibiendo su despliegue físico, llegó el 1-0 en el Anxo Carro. Son falló al intentar despejar el balón con su pierna menos hábil y acabó cediendo el esférico a Jaume Cuéllar en una posición peligrosísima. El incisivo extremo asistió a Sebas Moyano, quien fusiló ante Cárdenas. Todo se torcía antes del cuarto de hora de partido.
El partido, marcado por las condiciones adversas del césped, no favorecía la fluidez. A los de Calleja les costaba asociarse y hacerse fuertes en la medular. El Levante estaba atascado. Trataba de hacer daño por las bandas a través de Álex Muñoz y De Fruto, pero faltaba precisión.
Era un duelo sin ocasiones. Y en un balón colgado el área, llegó una oportunidad de oro en forma de penalti. El exlevantinista Xavi Torres, convertido en central, golpeó el esférico con el puño. Un hecho que obvió Víctor García Verdura pero que sí fue detectado por el VAR. El colegiado catalán revisó la jugada en el monitor y señaló pena máxima. Campaña, con la clase que le caracteriza, se encargó de poner las tablas desde los once metros.
El Levante sacó petróleo de uno de sus contados acercamientos del primer tiempo. El choque era denso y rudo. Y fruto del esfuerzo, Soldado se tuvo que retirar con una lesión en los isquiotibiales de la pierna izquierda justo antes del descanso. Su rostro lo decía todo. Este domingo, justo cuando se había hecho con la titularidad por delante de Bouldini y Wesley, se rompía. Es consciente de que, salvo sorpresa, se va a perder varias semanas de competición. Una baja durante la que va a cumplir un partido de sanción. Estaba a sólo una amarilla de la suspensión y, antes de abandonar el césped, se enzarzó con un sector de la grada, produciéndose una situación de tensión. El árbitro mostró la quinta amarilla al veterano delantero. Era el minuto 43 y Bouldini entró en su lugar.
El Levante, que apretó en el tramo final de la primera parte, entró en el segundo acto con una mayor vocación ofensiva. Más suelto. La lluvia había cesado y el terreno de juego estaba en mejores condiciones para mover el balón. Los azulgrana tomaron la iniciativa y la aparición de Pablo Martínez y Cantero dio frescura.
Campaña se soltaba y aumentaba su influencia. El sevillano crecía filtrando pases, mientras que De Frutos actuaba de estilete. El segoviano buscaba el gol con ahínco. Y llegó en el tiempo añadido, pero la alegría duró poco.
En una jugada embarullada dentro del área del Lugo, Iborra impuso su ley. Envuelto de compañeros y rivales, el capitán se hizo grande y cazó un esférico caído del cielo para marcar. El arbitro dio validez al gol, aunque el VAR alertó. El de Moncada, de forma involuntaria, había tocado el cuero con el codo. Diana anulada. Calleja explotó de rabia y vio la roja por protestar. El videoarbitraje: una de cal y otra de arena.
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