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El tren del liderato pasa de largo

El Levante, gris en Ponferrada, da por bueno el empate por el infortunio final | Los de Calleja afrontan los últimos 15 minutos con Álex Muñoz y Vezo lesionados tras haber agotado los cambios

Alberto Martínez de la Calle

Valencia

Sábado, 18 de febrero 2023, 18:02 | Actualizado 23:21h.

El Levante llegó a El Tolarín como aspirante al liderato y se marchó temiendo por esa segunda plaza que también da el billete directo a la máxima categoría. Un desenlace amargo pero envuelto de circunstancias que concedieron valor al punto cosechado en el campo de la Ponferradina. Unas tablas sin goles y un juego gris pese al dominio durante buena parte de los minutos. A los de Javier Calleja les faltó fluidez y mordiente para imponer su calidad frente a un equipo que lucha por la permanencia en Segunda División. No se sintieron cómodos. Y todo se torció definitivamente a falta de un cuarto de hora, cuando Ruben Vezo y Álex Muñoz cayeron lesionados y el técnico madrileño no podía sustituirlos al haber agotado los cinco cambios. El infortunio transformó la percepción del 0-0 que lucía en el marcador y que ya no se movió. Se escapó una oportunidad de oro, ya que, en el encuentro que se estaba disputando al mismo tiempo, Las Palmas no pasó del empate en Leganés. Los azulgrana habrían asaltado la primera plaza de la clasificación en caso de haber logrado la victoria en territorio berciano. Confían en coger el próximo tren.

El Levante ha alcanzado una consistencia que le convierte en un equipo dificilísimo de batir y muy seguro en el balón parado. Sin embargo, necesita desplegar una mayor agresividad en los metros finales para sorprender al rival. Este sábado, pese a contralor buena parte del encuentro, apenas generó ocasiones de peligro. Sólo dos remates acabaron entre los tres palos.

Los azulgrana, que ya encadenan 19 jornadas sin conocer la derrota, estarán muy atentos este domingo al partido que disputará el Alavés en Mendizorroza. Y es que los de Luis García arrebatarán la segunda posición de la tabla al Levante en caso de que se impongan al Ibiza, colista. El Eibar, por su parte, superó al Lugo y se sitúa a sólo un punto del cuadro granota. Una lucha feroz por el ascenso directo.

Los de Calleja se despidieron este sábado de otro hito, ya que se quedaron sin sumar su cuarto triunfo consecutivo. El Levante llegaba a Ponferrada después de haber vencido al Burgos, el Cartagena y el Andorra y con el reto de mantener la tendencia. Finalmente, no pudo igualar la racha que sí lucen el Granada y el Alavés.

En lo que va de temporada, sólo dos equipos han encadenado cuatro jornadas ganando en Segunda División. Se trata del Granada y el Alavés, que se encuentran en un momento dulce y este domingo jugarán en busca de la quinta victoria seguida. Curiosamente, tanto el conjunto nazarí como el cuadro vitoriano acompañaron al Levante en el descenso a la categoría de plata el pasado verano y ahora están entrenados por los exgranotas Paco López y Luis García, respectivamente.

El duelo en El Tolarín no se desarrolló como esperaba Calleja. Enfrente, una Ponferradina en puestos de descenso y que, con el empate de este sábado, enlaza seis partidos sin ganar. En cualquier caso, el entrenador azulgrana ya había advertido de que no se fiaba de la clasificación. Y el tiempo le dio la razón. El Levante, demasiado previsible en tierras castellanoleonesas, se quedó sin gol.

El duelo arrancó con un susto bajo la portería de Dani Cárdenas. Y de la manera más insospechada. Los futbolistas granotas, con confianza, comenzaron asociándose en zona defensiva, incluso dentro de su área. Era el primer minuto. Róber Pier cedió el esférico al guardameta catalán, quien se descuidó en el control pasando el cuero por debajo de su pie. Reaccionó a tiempo y sacó el balón justo antes de que cruzara la línea de gol. En el banquillo granota les dio un vuelco el corazón.

A partir de ese instante y hasta el descanso, los de Calleja exhibieron la seguridad que les ha conducido a encajar un solo gol en las últimas cuatro jornadas. Esa solidez es clave para construir el ascenso, pero el equipo debe ser más incisivo y eléctrico.

Con una posesión que rondó el 70 por ciento en el primer acto, el Levante tenía el encuentro bajo control. El centro del campo, con Iborra, Pepelu y Pablo Martínez al mando, era propiedad azulgrana. Sin embargo, a la hora de señalar la portería defendida por Amir, los granotas se embotaban.

Se encomendaban sobre todo a la vertiginosa velocidad de Jorge de Frutos. El segoviano, quien está recuperando su mejor versión, se convertía en la gran amenaza para la Ponferradina. El Levante volcaba su juego por la banda derecha, mientras que Róber Ibáñez apenas entraba en acción por el costado izquierdo.

El Levante intentaba hacer daño a base de centros, pero se topaba con una Ponferradina ordenada e intensa. Y a la media hora, los granotas reclamaron un posible penalti de Amo sobre Bouldini. El central trabó la pierna del delantero marroquí y el árbitro descartó la revisión en el monitor tras comunicarse con el VAR. El partido fue subiendo de temperatura.

Calleja no quiso esperar y aprovechó el descanso para introducir un doble cambio: Álex Muñoz y Montiel relevaron a Saracchi y Róber Ibáñez. Transformación de la banda izquierda, que no estaba funcionando. Sin embargo, los movimientos no surtieron efecto y la Ponferradina acarició el gol.

El Levante, muy plano, se sentía cada vez más incómodo e impreciso. El balón le duraba poquísimo, mientras que la Ponferradina daba un paso adelante. Calleja introdujo a Cantero y cambió el sistema. Y en el minuto 74, agotó los cambios para meter en el campo a Wesley y Musonda.

Entonces llegó el infortunio. Un minuto después, Vezo se rompió al frenar un contragolpe. Se llevó las manos a los isquiotibiales de la pierna izquierda y se quedó tendido en el suelo. El luso, quien estaba siendo uno de los jugadores más destacados por su velocidad al corte, no podía continuar.

El Levante afrontaba el último cuarto de hora con un hombre menos. Y todo se complicó aún más cuando, cinco minutos después, otro defensa como Álex Muñoz se lesionó. Vendaje compresivo en el muslo y a seguir. El alicantino acabó el partido con una sensible cojera y gestos de dolor. A los centrocampistas les tocó remangarse para cubrir huecos. Un tramo final de sufrimiento.