Eric Martín
Valencia
Miércoles, 5 de marzo 2025, 13:29
Celebrar un triunfo gracias a dos goles anotados en tiempo de descuento, en los minutos 91 y 94, no es algo usual. Es de hecho ... la primera vez en categoría profesional que se logra levantar un resultado adverso en este tramo extra de los partidos. Sin embargo, en lo que se lleva de la presente campaña, el Levante ha certificado tres remontadas a todos los efectos, tras comenzar por detrás en el marcador.
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Los azulgranas se han mostrado productivos y, gracias a su potencial ofensivo, han demostrado capacidad de reacción. Julián Calero como entrenador no solo tiene acierto en las decisiones deportivas y armas por las que apostar como revulsivos, sino que también lo hace con una influencia desde el factor psicológico. Por ambas cosas, las dos jornadas de liga ante el Eldense y en la visita del Burgos al Ciutat de Valencia, el Levante terminó con el cántico de la victoria.
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El primer precedente con remontada durante 2024-25 aconteció precisamente ante el cuadro alicantino. En una tarde de septiembre en Orriols se comenzó con un gol de Chapela, pero las dos expulsiones del Eldense condicionaron mucho para que el Levante diera la vuelta al marcador, con un gol desde fuera del área de Pablo Martínez antes del descanso y con Carlos Álvarez y Carlos Espí redondeando al definitivo 3-1. Sería de nuevo el delantero de Tavernes de la Valldigna quien, ante el Burgos, se convirtiera en el héroe con un doblete, sumado a otro tanto de Morales que contrarrestó el golpe inicial de Curro Sánchez. Ya en Elda, la historia es conocida y bien reciente: Brugui y Carlos Espí firmaban una remontada para soñar con el ascenso.
Además de ello, en hasta otros tres partidos en que el rival igualó la contienda, los levantinistas sacaron rédito positivo con el máximo botín de los tres puntos. Contra el Málaga como local, por dos ocasiones en que los andaluces empataron, frente al Granada y en la visita al Deportivo de La Coruña, finalmente se impuso el Levante con goles en la segunda parte.
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De esta manera, el conjunto valenciano no solo demuestra su ímpetu, ambición y no tirar la toalla mientras hay esperanzas reales, sino que también logra su propósito. Era algo que se achacaba durante la etapa de Javi Calleja en el banquillo. El Levante solía tomar la ventaja en numerosas ocasiones, pero ante cualquier adversidad se venía abajo. Ahora, con Calero al mando, el Levante se abona a las remontadas y pugna firmemente por mantenerse en la pelea final de regresar a la élite.
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