El Levante conquista América

Mucho ha llovido desde aquel ascenso conseguido por el Levante en la temporada 2009-10. A lo largo de estos años, el conjunto granota logró entrar por primera vez en su historia a la Europa League y volvió a descender en la temporada 2015-16, pasando un año en la Segunda División. Desde su retorno a Primera, hace cuatro años, el conjunto dirigido por Paco López se ha mantenido estable en la mitad de la tabla. Con aquel ascenso y aquella clasificación al torneo europeo, el club se dio a conocer fuera de las fronteras españolas, consiguiendo llevar el sentimiento granota a distintos rincones del mundo. La primera peña extranjera se creó el año 2011 en Estados Unidos, tras esta se fundaron cuatro más, con sedes en Argentina, Rusia, Alemania y Panamá.

Un hombre clave en la misión de expandir los colores azulgrana por el mundo es Ignacio de Andrés. Este desarrollador de negocios de Aguas de Valencia tuvo que marcharse tras la crisis económica vivida en 2008 y aterrizó en Panamá, donde fundó su primera peña levantinista en la ciudad de Arraiján. El presidente de 'La rana panameña' cuenta cómo empezó a exportar sus sentimientos granotas al continente americano: «Soy aficionado del Levante porque mis padres son de la calle Alboraya, donde estaba ubicado el primer campo». Los progenitores de Ignacio residían exactamente en el edificio que se construyó en el emplazamiento del campo tras su demolición. El ambiente levantinista que se vivía en un barrio con mucha afición azulgrana y varias peñas hicieron de este valenciano un granota más.

En su paso por Panamá, Ignacio no solo creó la peña. En un viaje a Valencia se encontró con dos miembros del Levante que le entregaron equipaciones del conjunto. Con estas, Ignacio, junto a otros colegas de la peña, decidió comprar un equipo humilde de categorías inferiores y ponerle el nombre de Levante Unión Deportiva Panameña Decal de Arraiján: «Compramos un club k7 con el fin de mover el tema del fútbol. Quedamos subcampeones el primer año, en diciembre de 2013. Una vez que los chicos del equipo se ponen la equipación y entran a la cancha lo viven, donde van salen con la camiseta del Levante puesta».

En su estancia en Panamá seguía los partidos con amigos algunos naturales de este país y otros colombianos. Decidió crear la peña tras un encuentro en el que el Levante le ganó al Real Madrid 0-1, y entre los primeros miembros se encontraba su hijo Hugo de Andrés. Se reunían a ver los encuentros en un club social del bloque donde vivían: «En la peña hay dos mujeres colombianas que son las que más jaleo hacen». El valenciano viajó a Perú en 2016 por la internacionalización de la empresa y, una vez más, aprovechó sus estancias en el país para expandir el levantinismo: «Me viene bien porque traslado mi afición a los lugares que voy visitando. Siempre me preguntan si soy del Real Madrid o del Barça y yo les respondo que soy del Levante».

En Perú actualmente se encuentra en el proceso de crear dos peñas más, una en Lima y otra en Trujillo: «En toda Latinoamérica hay mucha afición al fútbol, quien sigue la Liga conoce al Levante. En la peña de Trujillo somos 15 personas». Casi todos los integrantes de la peña trabajan en una fábrica de ropa interior e incluso los dueños quieren formar parte de la peña. «Son muy importantes las camisetas para que la gente se sienta parte del club ya que de momento no hay un sitio para juntarse», comenta el levantinista.

La peña de Trujillo no es solo mérito de Ignacio. Su compañero y director de tecnología dentro de su empresa, Rafael Rubio, tuvo la idea de formarla tras pasar dos meses en la ciudad: «Ya tenemos a la gente pero nos falta conseguir los equipamientos para hacerlo oficial. Somos ocho personas, unos señores que tienen una imprenta y algunos de sus trabajadores y gente que trabaja en un hotel».

Con estas dos peñas ya serían tres las que ha formado el valenciano: «Soy muy activista, esto va conmigo: sitio donde caigo intento fundar una peña del club, el tiempo que dura la estancia generas afición y cariño al club por parte de los latinos». El granota también tiene unas palabras de cara al otro club de la ciudad: «Yo no encuentro aficionados del Valencia por aquí. Se nos conoce más porque en los partidos importantes, contra el Madrid o el Barça, damos un do de pecho y siempre salimos ganando o medio ganando».

Para Ignacio es importante que exista un intermediario entre la peña y el club para que todo funcione y los nuevos aficionados granotas no pierdan el interés por el equipo. También considera que ayuda que haya jugadores de Latinoamérica en los equipos: «Cuando hay un futbolista del país hay un punto de encuentro, les gusta que un jugador suyo juegue en el Levante. Hay una afición tremenda al club porque es difícil que el jugador pegue el salto a la Liga española». Para Ignacio, el club debería aprovechar más ese lazo que generan sus jugadores extranjeros con sus países de procedencia.

Queda claro que, para ser del Levante, no es indispensable nacer en Valencia. Sus aficionados internacionales no pueden disfrutar de los cánticos del Ciutat pero en sus sedes y junto a otros levantinistas que comparten su afición por el escudo pueden seguir al equipo de su corazón desde cualquier rincón del mundo.

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