El Levante pone el milagro en manos de Alessio Lisci

El futuro del Levante pasa por las manos de Alessio Lisci. El técnico italiano, de la casa y con una proyección valorada desde hace años, es el elegido. El club, después de varios días de reflexión y conversaciones, ratificó este martes al romano como entrenador del primer equipo. A falta de dirección deportiva tras las múltiples destituciones de la semana pasada, el consejo de administración, encabezado por Quico Catalán, adoptó la determinación en una situación crítica. El hasta ahora preparador del filial, quien ha sabido conectar con un vestuario tocado, se convierte en el encargado de obrar el milagro de la permanencia.

El pasado 29 de noviembre, al filo de la medianoche, el Levante comunicó el despido de Javier Pereira como técnico azulgrana y la llegada de Lisci de «forma interina». Quico Catalán confirmó que el italiano dirigiría al equipo en el duelo copero ante el Huracán Melilla y en el partido de Liga contra Osasuna. Paralelamente, el consejo ha sopesado diferentes alternativas que ofrecía el mercado. Entre ellas, José Luis Mendilibar, Sergio González o Juanfran García.

El lunes fue un día intenso. Después del empate sin goles frente a Osasuna en Orriols, el presidente granota se dejó caer por la ciudad deportiva de Buñol para entrar en el vestuario y mantener una charla con la plantilla. El dirigente tanteó el ambiente y la actitud de los futbolistas. A partir de ahí, Catalán se propuso tomar una decisión sobre el banquillo en cuestión de horas.

La determinación llegó este martes sobre las seis de la tarde. El consejo acordó «la continuidad» de Lisci como técnico del primer equipo. El club no especificó plazos de manera oficial, aunque la idea es que no se produzcan más cambios en el banquillo esta temporada. Como cualquiera, el italiano dependerá de los resultados. De esta forma, se erige en el tercer entrenador que toma las riendas del Levante en lo que va de curso.

Lisci, con su talante y su filosofía futbolística, ha aportado aire fresco en el vestuario. Su metodología y su forma de transmitir los conceptos agrada a la plantilla. Y esta sintonía ha resultado clave a la hora de tomar la decisión. Ahora, las esperanzas quedan depositadas en la capacidad del romano para liderar la reacción de un equipo hundido en la clasificación. Seis puntos separan a los granotas de los puestos de permanencia. El conjunto azulgrana ya ha igualado la peor racha de la historia de Primera División, que llevaba la firma de un Sporting de Gijón que encadenó 24 jornadas sin ganar entre 1997 y 1998.

La trayectoria del italiano generaba altas expectativas desde hace años. Lisci aterrizó en el Levante en 2011 procedente de la Lazio, donde trabajaba como preparador físico del equipo infantil. El romano llegó a Orriols para realizar unas prácticas y, desde entonces, ha pasado por las diferentes categorías, logrando cuatro títulos de Liga: con el Alevín D en 2012, el Infantil E en 2013, el Infantil C en 2014 y el Juvenil B en 2018. Como técnico del Juvenil A, ha sumado dos subcampeonatos del Grupo 7 de División de Honor y ha alcanzado unas semifinales de Copa en 2019.

Esta temporada, en el filial granota, Lisci ha dado la talla en el Grupo 5 de la Segunda RFEF. Lo ha dejado a dos puntos de los puestos de promoción de ascenso y como el segundo equipo menos goleado. En 13 jornadas, ha encajado ocho dianas.

Ahora, Lisci afronta el mayor reto de su carrera. Con contrato hasta el 30 de junio de 2022, ve mimbres en el vestuario para aprovechar la oportunidad.

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