Manual de Alessio Lisci para afrontar los penaltis

El corazón de Alessio Lisci (Roma, 1985) registró un cambio de latido y ritmo en el minuto 92 de partido entre el Levante y la Real Sociedad. Gonzalo Melero se dispuso a tirar un penalti que, de marcarlo, insuflaba de fe a un equipo que sigue aferrándose a Primera. Pese a todo.

En ese momento, el entrenador granota se sentó en el banquillo. Por la cabeza se le pasó no mirar pero recordó que la única vez que no dirigió su mirada hacia la pena máxima, su equipo perdió. Fue contra el Valencia. Así que en la mágica noche en la que el sueño de la permanencia siguió vivo, el técnico romano, venció sus miedos y miró. Lisci, junto a la familia azulgrana formó parte de una de esas alegrías colectivas.

Los minutos previos al lanzamiento del penalti no fueron fáciles. Por un lado, parecía que era Enis Bardhi el que iba a lanzarlo, sin embargo, José Luis Morales y Gonzalo Melero, se acercaron al macedonio para pedirle el balón y que éste último lo lanzase. Un contratiempo al que Lisci restó importancia: «No ha pasado nada entre ellos. Hubo un mal entendido que se solucionó rápidamente».

Sobre la polémica acerca de si hubo suficiente contacto como para señalar penalti, reconoció: «Es complicado de comentar, por reglamento es penalti porque Rico le da con el codo en la cara... podemos entrar o no en si la regla es correcta o no, pero por reglamento es penalti. Hace diez años esos penaltis no se pitaban y ahora sí. Los defensas tienen más desventajas respecto a los delanteros».

También justificó el hecho de que el Levante sea el equipo de la Liga al que más penaltis a favor se le ha señalado: «Somos un equipo que pisa mucho el área rival. Todos los penaltis que nos han señalado han sido claros, menos uno quizás un tanto dudoso contra el Barça».

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