El Levante y Miñambres, condenados a entenderse hasta final de temporada

Pero no pudo ser. De nuevo, el día de la marmota granota. Atasco ofensivo y fragilidad defensiva. Falta de ocasiones y cortocircuito grupal —con polémica de VAR incluida— terminaron siendo los ingredientes del desastre, que tuvieron a Felipe Miñambres, director deportivo y técnico interino del equipo, como principal acusado. La afición se mostró descontenta con la labor del entrenador, que no supo resolver el puzzle del Cartagena y no consiguió que el equipo encontrase los espacios necesarios para hacer daño a un equipo que se sabía que iba a jugar como jugó, es decir, a defender atrás y esperar a cazar algún contraataque.

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Marc Escribano

Pese a la debacle, no habrá cambios en el Levante. A pesar de que muchas voces del levantinismo claman por una contratación exprés de un entrenador de renombre para los últimos cinco compromisos del calendario, con el deseo de que cambie la dinámica del equipo y pelee por entrar a esa promoción que pese a todo sigue estando a tres puntos de distancia, no habrá movimientos. Y es que tal y como avanzó Sin Tregua, el Levante no valora un cambio de última hora en el banquillo para los últimos cinco partidos de la temporada, por lo que Miñambres continuará al mando hasta el verano, a partir del cual volverá a centrarse en su tarea original, la dirección deportiva y la confección de la plantilla. El astorgano, que cumplió 59 años este lunes, tiene contrato hasta el próximo verano y todo apunta a que se le ofrecerá una renovación para un año más. Eso sí, José Danvila tendrá voz en la decisión de elegir al próximo entrenador granota, un proceso ya en marcha de cara al próximo curso, con nombres como Vicente Moreno, Dani Ponz o Rubén Albés entre los favoritos en las quinielas.

Miñambres por tanto terminará el curso en el banquillo, aunque no podrá sentarse en La Cerámica ante el Villarreal B debido a que recibió una cartulina roja tras ver dos amarillas ante el Cartagena, debido a sus constantes protestas al árbitro durante la revisión del VAR del gol anulado a Mohamed Bouldini por mano de Álex Muñoz. Por tanto, cumplirá sanción. Y a pesar de que la lógica apuntaba a que sería Héctor Rodas, el segundo entrenador, el que asumiera las riendas ante el filial groguet —este viernes, en el partido programado para las 20:30 horas— finalmente no será así, ya que el exjugador granota no tiene la titulación necesaria para dirigir un partido profesional en la élite. Por tanto, será el asistente Pedro López, el que se siente en el banquillo.

El de Torrent se vinculó como jugador del Levante en 2011 y fue partícipe de hitos históricos como la disputa de la Europa League o el ascenso de 2017 con Muñiz como entrenador. Tras colgar las botas, regresó al club en 2021 para formar parte del cuerpo técnico de Javier Pereira. Más tarde, trabajó con Alessio Lisci, Mehdi Nafti y Javi Calleja. En Vila-real, dirigirá a un equipo que necesitá una reacción inminente si quiere aprovechar esa última oportunidad de colarse en la pugna por los play-off. Y es que la inteligencia artificial le da al Levante un 14% de posibilidades todavía de quedar entre los seis primeros clasificados. El calendario, todavía teóricamente favorable, permite mantener esperanzas de que si los rivales siguen tropezando, y el equipo despierta a tiempo, aún podría meterse en la pomada de la promoción.