Gerard Piqué es una persona de éxito. Como futbolista y como hombre de negocios. Dentro de su cada vez más variopinto abanico de inversiones, hay una especialmente llamativa. El FC Andorra. El laureado defensa adquirió la mayoría accionarial del modesto club en 2018 y, desde entonces, lo ha llevado desde Regional hasta Segunda División. Y todo ello, con una clarísima filosofía de juego inspirada en la mentalidad del Barcelona. Cuatro ascensos a una velocidad de vértigo. El crecimiento ha superado todas las expectativas. Y mañana por la tarde, el conjunto entrenado por Eder Sarabia recibirá al Levante en un estadio que ha tenido que modernizarse contra reloj para albergar partidos de la categoría de plata. Una revelación.
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La última ocasión en que el Levante y el Andorra se vieron las caras fue hace 26 años. Ambos equipos militaban entonces en Segunda B. A partir de ahí, llevaron caminos muy diferentes. Esta temporada, por primer vez en su historia, el club del Principado compite en categoría profesional. Una escalada que ha llegado de la mano de Piqué. El central del Barça, a través de la firma Kosmos, se hizo con el 56 por ciento del capital social de la entidad en diciembre de 2018. Y la empresa Clayton adquirió el 44 por ciento. Se trata de dos compañías con vínculos.
Una de las primeras decisiones que tomó Piqué a la hora de apostar por el Andorra fue entregar la gestión a un amigo suyo de la infancia. El pueblo de Sant Guim de Freixenet les unió. Jaume Nogués asumió la dirección general y deportiva del club y, desde entonces, actúa como el motor del proyecto. Abandonó su puesto en una empresa familiar que se dedicaba a transportes, grúas y construcción y recogió el guante. Nunca había trabajado en el mundo del fútbol.
"No me lo esperaba", reconoce Jaume Nogués, quien ensalza el lado humano del proyecto. "El dinero siempre ayuda, pero aquí la clave ha sido la manera de trabajar que ha tenido todo el mundo, con buena gente y mucha ambición. Aquí somos una familia desde el consejo de administración hasta la gente que estamos en el día a día del club y el cuerpo técnico", agrega.
Piqué saldó la deuda que arrastraba el Andorra cuando entró como propietario. Y desde entonces, el club ha subido como la espuma. En la temporada 2018-19, el equipo se proclamó campeón de Primera Catalana y, sin pasar por Tercera, ascendió a Segunda B. Y es que la entidad compró por 452.022 euros la plaza que había dejado vacante el Reus. En 2021, el equipo subió a la recién creada Primera RFEF y, sólo un año después, agrandó su hazaña dando el salto a la categoría de plata.
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"Siempre sorprende. Tienes ganas de que suceda pero no sabíamos a dónde podíamos llegar. Se nos han alineado todos los planetas", afirma Nogués. El sello futbolístico estuvo bien marcado desde el principio: "Todos hemos creído en esto. El modelo lo hemos tenido siempre claro. Piqué ha estado en el Barça y el modelo que ha mamado es este. Hemos creado un modelo de club a través de un modelo de juego". En enero de 2021, Eder Sarabia sustituyó en el banquillo a Nacho Castro. El vasco había sido segundo entrenador de Quique Setién en el Barcelona.
El Andorra elabora minuciosamente el fútbol desde abajo. El portero interviene en numerosas acciones y no se rifa ningún balón. Una mentalidad innegociable: "Eder lo ha llevado al extremo. Es un tío avanzado y muy bueno y lo ha sabido catapultar. Cómo lo transmite al jugador, cómo lo ve...".
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Desde la temporada pasada, dos tardes a la semana, Sarabia se reúne con sus futbolistas para profundizar en la filosofía del Andorra. Clases extra: "Aquí se curra mucho. No es un club normal. Los jugadores están muchas horas en el club e intentamos maximizar todo. No dejan de ser trabajadores también. Creemos en el trabajo, en el esfuerzo, en que entiendan la cultura del club, el modelo... Y Eder lo trabaja muy bien. Al final las cosas no son por casualidad".
Con 6,5 millones de euros, el Andorra tiene el séptimo límite salarial más bajo de Segunda División. Eso sí, el club ha realizado un esfuerzo económico para reforzar el cuerpo técnico de cara a la presente temporada. Entre las nuevas incorporaciones aparece Toni Astorgano, quien pasó por la estructura del Levante. Uno de los futbolistas veteranos es el central Adrià Vilanova, hijo del que fuera entrenador Tito Vilanova.
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El Andorra solicitó disputar las tres primeras jornadas a domicilio para completar las obras de remodelación de su estadio, que ha pasado a contar con un aforo de 6.000 espectadores. Un césped natural con calefacción ha sustituido al artificial y se ha adaptado la iluminación a las exigencias de la Liga. Los de Sarabia, con 11 puntos, han ganado al Granada y al Eibar en los dos duelos que han jugado en casa. Mañana reciben al Levante.
"Es un premio poder jugar contra estos clubes. Hace tres años los veíamos en Primera y nosotros estábamos en Regional. Para nosotros es un motivo de orgullo que puedan venir a Andorra. Jugar contra un Levante no pasaba por nuestra cabeza hace tres años, pero el fútbol es tan caprichoso que acaba pasando de todo", avisa Nogués.
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