Miñambres despide a Nafti y se pone de entrenador interino del Levante

La historia de Mehdi Nafti en el Levante ha durado nueve jornadas. Suficientes para que Felipe Miñambres haya considerado que se equivocó con su elección y haya optado por dar un paso adelante. Y es que el director deportivo azulgrana, quien apostó fuerte por el fichaje del franco-tunecino el pasado mes de junio, tomará el relevo en el banquillo. Compatibilizará de forma provisional su labor como jefe de la secretaría técnica con la de entrenador. Una situación curiosa pero que el leonés conoce bien, ya que tomó la misma medida hace 12 años en el Rayo Vallecano. Mientras pone en marcha la búsqueda de un nuevo técnico, coge el timón del vestuario en una semana con dos partidos. El equipo necesita despegar para seguir aspirando al ascenso.

Este lunes, justo después de dirigir el entrenamiento vespertino en Buñol, Nafti fue despedido. El franco-tunecino encaró la sesión preparatoria en la ciudad deportiva sabiendo que tenía un pie fuera del Levante, pero todavía no estaba tomada la decisión por parte del club. El técnico, quien permanecía a la espera del dictamen, se sentía con recursos y fuerzas para dar la vuelta a la situación del equipo, que sólo lleva diez puntos.

Fue un día largo y angustioso. Una representación del consejo de administración del Levante encabezada por Quico Catalán se desplazó a Astorga para asistir al funeral de la madre de Miñambres, fallecida el domingo. Un trance durante el que el director deportivo ha estado arropado por la entidad granota.

La cita en tierras leonesas también sirvió para que Miñambres y Catalán intentaran aportar algo de luz al escenario futbolístico. El director deportivo, el gran valedor de Nafti en verano, debía posicionarse sobre la capacidad del franco-tunecino para enderezar el rumbo del equipo.

Este lunes por la tarde, mientras Nafti intentaba limpiar la mente de sus futbolistas en la ciudad deportiva, Catalán y Miñambres realizaban un profundo análisis que terminó con una conclusión: urge un relevo en el banquillo. Y el astorgano, con 179 partidos de experiencia como entrenador, ha optado por tomar él mismo las riendas de la plantilla. Eso sí, de manera provisional.

Miñambres ha ejercido como técnico del Hércules, el Tenerife, el Salamanca, el Alicante, el Lleida y el Rayo. Precisamente, en el club vallecano fue director deportivo entre 2007 y 2016, aunque en la temporada 2009-10 los resultados le llevaron a tomar una decisión drástica. El equipo franjirrojo, que militaba en Segunda División, atravesaba una crisis de resultados. En febrero de 2010, el leonés destituyó a Pepe Mel y se situó como entrenador de manera provisional. Sin embargo, su presencia en el banquillo se alargó hasta final de temporada. Lideró al equipo durante las 18 jornadas que restaban. El curso siguiente fichó a José Ramón Sandoval.

Ahora volverá a compaginar su puesto como director deportivo con el de entrenador. La pasada campaña, al aterrizar en los despachos del Levante, Miñambres ya hizo notar su bagaje como técnico durante la etapa de Alessio Lisci. Estuvo presente en el vestuario e incluso realizó sugerencias al preparador italiano en determinados encuentros.

Este martes por la tarde, Miñambres dirigirá su primer entrenamiento en Buñol. Y en principio se sentará en el banquillo el jueves con motivo del encuentro contra el Mirandés. Se trata de una semana intensa, ya que los azulgrana recibirán el domingo al Leganés.

Paralelamente, Miñambres deberá poner en marcha la maquinaria para fichar un entrenador que pueda reflotar el equipo. Después de la apuesta fallida por Nafti, todo apunta a que echará mano de un técnico con mayor bagaje. En las lista aparecen nombres como Javier Calleja, Álvaro Cervera, José Luis Mendilibar o Vicente Moreno. Este último está cómodo en el Al-Shabab y no se plantea un cambio de aires. De momento, no hay conversaciones avanzadas con ninguna de las alternativas.

Nafti no ha logrado dotar de una identidad de juego al equipo. El Levante, que posee la plantilla con mayor valor de mercado de Segunda División, está ofreciendo un rendimiento muy alejado de las expectativas. El pasado domingo, tras la derrota ante el Racing, parte de la afición explotó y pidió la marcha tanto del entrenador como de Quico Catalán. El presidente del club busca la estabilidad perdida.

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