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Jugadores del Levante celebran un gol.
Un cerrojo ante la puerta del ascenso

Un cerrojo ante la puerta del ascenso

El Levante sólo subirá este fin de semana si gana en Cádiz y hay una carambola

José Molins

Lunes, 17 de abril 2017, 17:13

La puerta del ascenso está frente a Orriols. Sólo hace falta encontrar la llave para abrirla y acceder a Primera División. El Levante no tardará en encontrarla, quizá incluso este fin de semana, pero ayer se encontró con el cerrojo del Reus en su intento por allanar su camino. Los catalanes amarraron el empate a cero ante el conjunto de Muñiz, que ni jugó bien ni mostró ideas ni empuje para lograr los tres puntos. Aun así, pudo ganar con una falta de Verza que el portero sacó de la misma escuadra al final.

El conjunto azulgrana sólo subirá matemáticamente la próxima jornada si gana en el Carranza ante el Cádiz, pierden el Tenerife y el Getafe y el Oviedo no consigue la victoria ante el Huesca. Una auténtica carambola que, de producirse, haría que los granotas celebrasen el ascenso un día después de haber jugado, el domingo al mediodía.

El encuentro dio poco de sí. Cuando Espinosa está sobre el campo y se encuentra inspirado, el Levante siempre se asegura el dominio y la creación entre el centro del campo y el área rival. Lo que ocurre es que el talaverano aparece con cuentagotas, como se pudo ver ayer. En el inicio quiso liderar el juego granota, asociándose con Montañés, que suplió a Morales por la izquierda, pero después tuvo momentos de apagón y otros de reactivación. Aunque el Reus no ponía nada fácil la circulación de la pelota. Los tarraconenses se mostraban correosos, bien organizados y propusieron un duelo igualado, con algunas incursiones al ataque que obligaron a Chema a salir al corte para mostrar la jerarquía que no se vio en Getafe.

Al Levante le costaba mucho superar el entramado de su rival, le faltaba velocidad en el juego de ataque y más alternativas para crear problemas a la poderosa defensa del Reus, el segundo equipo menos goleado de la Liga, por detrás del propio conjunto granota. Campaña, que no está en su mejor nivel y marca un ritmo cansino al equipo, fue el único que probó a Badía con un disparo desde lejos y Jason exhibía potencia en sus arrancadas por la derecha pero elegía mal la opción cuando encaraba el área.

Así, la primera parte se saldó con escasez de ideas y una muestra de poderío defensivo por ambos bandos. Los dos equipos tenían miedo a que un fallo decidiera el encuentro, como ocurrió en la primera vuelta. En aquella ocasión, en noviembre, una mala cesión de Atienza dio el gol del triunfo en bandeja a Roger. Ayer primaba no cometer ningún error, ante dos conjuntos tan parecidos tácticamente.

De nuevo Jason y Espinosa llevaban el timón tras el descanso, pero seguía faltando ese acierto en el último pase para crear ocasiones. Porque el balón apenas llegaba al área y Roger no tenía opciones. Aunque Espinosa estuvo cerca de marcar en una combinación con Campaña que no logró rematar de lleno. Fue la llegada más clara hasta entonces, ya mediada la segunda parte, cuando el partido empezó a animarse.

Muñiz buscó más protagonismo en el ataque con la entrada de Morales por un apagado Montañés y casi de inmediato echó mano de su revulsivo preferido, Casadesús en lugar de Natxo Insa. Un cambio ofensivo que dejaba a Campaña y Espinosa como doble pivote netamente creador. Había que adueñarse del balón y buscar el gol en los 25 minutos que faltaban. Y el equipo lo hizo, volcando su juego por la izquierda con Toño y Morales, que remató dos veces con peligro, gracias a los huecos que abría Casadesús entre líneas. Los granotas ahora sí llegaban con frecuencia, pero Roger nunca recibía con ventaja para disparar. El Reus lo estaba secando, igual que Chema y Postigo hacían con los atacantes rivales. Al final Muñiz también retiró a Campaña, con molestias, para sacar a Verza.

No había manera de encontrar un resquicio por donde sorprender al Reus, aunque tampoco el Levante se volcó a la desesperada. Si le hubieran hecho falta los puntos, el desarrollo habría sido diferente. Pero con la renta que tiene sobre el tercero no fue necesario. Aun así, los granotas fueron sin duda los que más lo intentaron, con varios córners y faltas que animaron a la grada. Como la que ejecutó Verza con gran maestría a la misma escuadra, ya en la prolongación, y que hizo volar a Badía para hacer la parada de la jornada. Una mano espectacular que dejó al Ciutat con las ganas de entrar por esa puerta que lleva hacia la gloria. Lo más lógico es que la fiesta del ascenso se aplace hasta el día 29 en Orriols ante el Oviedo.

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