Once años con fichajes en enero

El Levante afronta el mercado invernal en una situación inaudita. Casi olvidada. Tanto la dirección deportiva como el cuerpo técnico del club dejan la puerta prácticamente cerrada a los refuerzos de enero. Algo que no ocurre desde el catastrófico 2008. Así, salvo una sorprendente salida en forma de cesión o traspaso, el conjunto granota romperá una dinámica que se ha prolongado durante once temporadas.

La apuesta que ha realizado el Levante por conservar sus puntales tiene una consecuencia: un estrechísimo margen en el límite salarial fijado por la Liga. Concretamente, 180.000 euros. Con estas restricciones, todo apunta a que la actual plantilla se mantendrá intacta para terminar la temporada. Eso sí, la secretaría técnica ha peinado el mercado para tener las espaldas cubiertas en caso de que se produzca alguna baja durante las próximas semanas.

En el mercado de invierno de 2008, el Levante se limitó a subir a cuatro jugadores del filial: Iborra, Reina, Armando y Saúl. Fue una solución ante la dificultad de retener a los futbolistas de la primera plantilla por los graves problemas económico. El curso terminó en descenso y concurso de acreedores.

Desde entonces, el Levante siempre ha pescado en enero. Un mes durante el que han aterrizado jugadores como Juanfran o Casadesús. El año con más caras nuevas en el mercado invernal fue 2018, con Tito Blanco como director deportivo. Llegaron Iván Villar, Coke, Rochina, Sadiku, Pazzini y Fahad, aunque este último en unas circunstancias particulares. También hubo gran actividad en 2016, con la incorporación de Orban, Medjani, Verdú, Cuero y Rossi. Manolo Salvador trató de endereza el rumbo, aunque el equipo acabó descendiendo. Precisamente, David Navarro, ahora coordinador de la secretaría técnica, se unió a la plantilla el 13 de febrero de 2012. El plazo ya se había cerrado, pero el de Puerto de Sagunto estaba libre.