El salto de Alberto Gil a la literatura ha sido algo instintivo. Espontáneo. El director de comunicación y relaciones externas del Levante, sin forzarlo, comenzó a dedicar sus ratos libres en casa a la escritura. Cada vez más. Lo lleva en la sangre. Y el fruto ha llegado esta semana, cuando el periodista valenciano ha presentado su primera novela, 'Donde las letras se esconden'.
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«Creo que la literatura dio el salto hacia mí. Sin saber muy bien el motivo, cuando tenía ratos en los fines de semana y sobre todo en festivos y vacaciones, aprovechaba para escribir. Comencé a pasar todos los días por el monasterio de la Trinidad, luego epicentro de la novela, y estoy convencido de que él me atrapó. Y me puse a escribir y escribir y luego volver a reescribir y reescribir, durante los últimos cuatro años de manera ininterrumpida. Crecí entre libros, con mi padre autor de una gran producción teatral y con mi madre como una avezada lectora», afirma Alberto Gil.
'Donde las letras se esconden', de la editorial Vinatea, se presentó el miércoles en el Ateneo Mercantil de Valencia en un acto que reunió a más de 200 personas. Se trata de una novela de ficción histórica basada en varios personajes y hechos reales sucedidos en Valencia a finales del siglo XV y cuyo desenlace se produce en la capital del Turia de 1990 y también en la de 2007, tras una apasionante investigación periodística. El objetivo es descifrar un nombre oculto en la ciudad durante más de quinientos años. Está ambientada por un lado en el Siglo de Oro valenciano, el nacimiento de la imprenta, el primer libro impreso en España y lugares como el monasterio de la Trinidad. Y al mismo tiempo, realiza una evocación a lugares y situaciones de la ciudad 500 años después.
Alberto Gil se ha inspirado en compañeros de profesión a la hora de construir personajes. «Casi todos los del siglo XV son reales, otra cosa es que yo luego haga ficción con ellos e invente unos hechos que ojalá hubieran ocurrido así, a lo mejor algún día nos llevamos una sorpresa. Y en los protagonistas principales del siglo XX, Sito y Sabeletta, en la gran cantidad de periodistas que he conocido y conozco y de los que nunca paro de aprender», admite.
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Como periodista deportivo, en la novela no pueden faltar ciertos guiños al balón: «Evidentemente. Hay bastantes referencias al Levante, a algunos jugadores míticos, algún libro futbolero... y hasta, por ejemplo, una escena ocurre mientras dos protagonistas hablan en un bar donde está puesta en el televisor la final del Mundial de Italia 90».
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Detrás de esta obra, hay un trabajo de investigación: «Me he documentado de la mejor manera posible para la parte histórica, la referente al Siglo de Oro valenciano, y luego he buscado caminos ficticios para poner la mayor emoción en la trama. Colocar letras dispersas en la Valencia del siglo XV supone un gran trabajo de ubicación».
Alberto Gil se estrena con fuerza en la literatura: «Siento una gran responsabilidad. Y mucho respeto por el lector y la ilusión de que, al menos, la novela le sirva de entretenimiento, le evoque a tiempos pasados caso rozándolos con la mano y le provoque una mirada más de su ciudad, Valencia».
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Se trata de un libro cien por cien solidario ya que las ventas irán destinadas a dos proyectos de la fundación Vinatea, dos proyectos para los valencianos más necesitados: la Asociación Amigos de la calle y los economatos en Valencia de Casa Caridad.
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