El regreso del gran capitán levantinista

Ambos clubes llegan empatados a puntos y con los objetivos claros: regresar a Primera División. El Eibar afronta este inicio de competición especialmente dolido tras rozar el ascenso directo y caer en play-offs contra el sexto clasificado. El Levante, por su parte, disfruta de los resultados que les brinda el nuevo proyecto, a pesar de no haber podido incorporar al central que tanto pidió Calero. Sin embargo, el entrenador se muestra contento y optimista: «Estoy contento con cómo me queda la plantilla, tenemos más fortalezas que debilidades», explicó en una rueda de prensa posterior al cierre del mercado de fichajes.

Ahora, entrados ya en septiembre, los problemas económicos quedan a un lado y las cuestiones se centran principalmente en el centro del campo. La inscripción de Iborra junto a la presencia definitiva de Pablo Martínez, a quien se le suponía a estas alturas de campeonato en el Valladolid, plantearán dudas al cuerpo técnico granota. «Bendito problema» suele ser el mantra al que recurren los entrenadores cuando disponen de varias opciones de calidad para una misma posición. Sin embargo, la lesión de Iborra y las vacaciones de Kochorashvili han impedido que el técnico madrileño pruebe sus armas durante la pretemporada.

Precisamente la presencia de Iborra en el partido de esta tarde puede provocar que se dé una circunstancia histórica: por primera vez jugaría para el Levante junto a José Luis Morales. Entre ambos acumulan 544 encuentros oficiales, pero el extremo llegó cuando Iborra se marchó a Sevilla –en la temporada 13/14– y se fue a Villarreal cuando el de Moncada volvió –en la 22/23–.

También debutará con la elástica granota Diego Pampín, el lateral izquierdo que llegó libre del Andorra. Se enfrentó a unas ligeras molestias y a la incertidumbre de la inscripción. Su presencia puede suponer un salto de calidad para el Levante, ya que uno de los puntos débiles del proyecto durante el inicio de temporada ha sido precisamente esa posición, que hasta ahora ocupaba el joven Macos Navarro en rotación con Cabello.

El duelo entre Eibar y Levante, dos de los claros candidatos para luchar por el ascenso, trae consigo mucha historia: 39 partidos oficiales entre ambos con una ligera ventaja para el club vasco, que ha vencido en 12 ocasiones por siete del Levante y 20 empates. Eso sí, la diferencia se amplía cuando el encuentro se disputa en Ipurúa, un campo realmente exigente. Bajo ese contexto, el equipo granota solo ha conocido una vez la victoria –ninguna en Segunda División– en los 19 enfrentamientos que se han dado. Pese a la dificultad que entraña el estadio vasco y la calidad del rival, Calero ve al equipo con posibilidades: «Ipurúa es un campo complicado. El Eibar tiene una plantilla muy buena. Ha cambiado a jugadores importantes, pero con gente importante de la categoría a última hora. Vamos con mucha ilusión y el equipo está compitiendo bien. Quiero que sigamos a lo nuestro, que no nos fijemos en los puntos de los demás y que mi equipo coja la velocidad de crucero».