Los señalados del tropiezo del Levante

Es el caso de Óscar Clemente, uno de los principales señalados por el graderío azulgrana. El centrocampista volvió no sólo al once inicial, sino a tener minutos tras tres partidos sentado en el banquillo. Su intrascendencia en la construcción de la jugada y su escasa participación ofensiva más allá de un centro al área que remató Dani Gómez provocaron los pitos de la grada cuando entraba en contacto con la pelota, más en señal de queja hacia el que había decidido alinearle que hacia el propio futbolista. 66 minutos de Clemente bastaron para que Carlos Álvarez entrase en su lugar a aportar algo diferente.

Situación similar a la vivida con Dani Gómez. El punta desesperó con sus constantes errores en la toma de decisión y con un fallo clamoroso en el área pequeña frente a Ratti. En sus botas estuvo la opción de abrir la lata y no fue capaz de materializar sus ocasiones, en el día que se estrenaba como titular con Miñambres tras dos jornadas saliendo como revulsivo tras el cambio de técnico. Fabrício entró en su lugar y pese a que tampoco tuvo acierto, aportó más al juego colectivo del equipo azulgrana.

Pero lo más llamativo fue lo de Ander Capa. Otro que desde la salida de Javi Calleja había perdido su sitio en el once de gala del Levante y que con el director deportivo hecho entrenador no había tenido todavía la oportunidad de disputar minutos sobre el césped. Directo al once titular en su posición natural de lateral derecho, el veterano vasco no fue capaz de crear peligro ofensivamente por su carril y tampoco estuvo contundente en tareas defensivas, viendo una rápida cartulina amarilla a los trece minutos de contienda, que le comprometió tanto que Miñambres decidió no arriesgar una posible expulsión sustituyéndole al descanso por Álex Muñoz, apostando por una variación en el sistema debido al pobre rendimiento que estaba mostrando Capa.

El cuarto de los señalados fue Alejandro Cantero, que pese a que aguantó 80 minutos sobre el campo, dejó sensaciones agridulces. Tuvo una muy buena conducción, progresando incisivamente con el balón hacia zona de peligro, pero como viene siendo habitual con el canterano granota, aporta una velocidad sin control que suele fallar en la última toma de decisión. Su rol de revulsivo que venía ejerciendo recientemente se ajusta más a sus características de juego, intentando buscar las cosquillas a las defensas ya más agotadas en los minutos finales de partido. En cambio, cuando parte de inicio, sufre más ya que sus cambios de ritmo no son tan efectivos como cuando aparece desde el banquillo.

En su lugar entró un Mohamed Bouldini todavía renqueante de unas molestias en la espalda —además de estar en pleno Ramadán, lo que le debilita físicamente como ya se comprobó la pasada temporada— que no estuvo acertado, y por ocasiones, demasiado alejado del área rival, lugar donde tiene que marcar las diferencias el marroquí. No tan señalado como sus otros cuatro compañeros que partieron como titulares, pero sí en el punto de mira. Iván Romero parece haberle ganado la partida en el orden de jerarquía de delanteros granotas, siendo el ex del Tenerife el acompañante predilecto para Fabrício. Es decir, tanto Dani Gómez como Bouldini parecen haberse visto relegados al rol de revulsivos con Miñambres por su pólvora mojada y su incapacidad de ver portería en los últimos meses.

Atrás deberán quedarse las rotaciones y a partir de ahora, ver cada fin de semana el mejor once posible en cada partido del Levante. Así apunta a ser la visita a El Plantío, uno de los estadios más complicados de toda la Segunda División, donde esta campaña todavía no ha ganado ningún equipo. El Burgos, en su casa, ha sumado once victorias y cuatro empates. Asaltar el fortín burgalés será un reto mayúsculo para los de Miñambres, que necesitan volver a sumar de tres en tres para no seguir alejándose de los puestos de privilegio de la clasificación de la categoría de plata.

La vuelta al once inicial de jugadores como Roger Brugué o Iván Romero deberían aportar más verticalidad a un equipo que tuvo serios problemas para generar ocasiones de peligro ante el Andorra. Sólo siete goles ha encajado como local el Burgos en lo que llevamos de temporada, mientras que el Levante ha perforado las porterías rivales en 14 ocasiones habiendo jugado 15 encuentros lejos del Ciutat de València, es decir, un poco menos de un gol por cada salida lejos de Orriols.

Se antoja complicado que Miñambres siga confiando en alguno de los futbolistas señalados por el mal rendimiento del miércoles, siempre y cuando no sea necesario por alguna emergencia. Precisamente, en el apartado médico, el Levante sigue ejercitándose en Buñol con las ausencias por lesión de Ángel Algobia, Sergio Postigo y Buba Sangare, que no estarán en Burgos.